Entrevista a J.K. Rowling.

Entrevista a Joanne Kathleen Rowling por "La Revista" (diario La Nación) LONDRES
De la prolífica e hipercreativa inventiva de la inglesa Joanne Kathleen Rowling, el aprendiz de mago Harry Potter se ha transformado en el personaje de ficción de culto por antonomasia y en el fenómeno editorial más rutilante en la historia de la literatura infantil de todos los tiempos. La historia, que acumula un sinnúmero de prestigiosos premios literarios, se enmarca en Inglaterra, en un tiempo que bien podrían ser los setenta, donde la comunidad mágica--de allí su gran mérito--, no se presenremota a la realidad y vicisitudes del mundo cotidiano.

 
¿A qué le atribuye que esta historia, presumiblemente para niños, interese tanto a los adultos?
 
-Me resulta muy difícil responder a esa cuestión; habría que preguntárselo a los adultos. En Alemania, por ejemplo, hubo una fenomenal cantidad de adultos que me pedían que les dedicara el libro...no a sus hijos sino a...¡ellos!. Un aspecto, por ejemplo, que podría mencionar es que el humor en los libros es producto de lo que a mí también me resulta gracioso. No de lo que intuyo que los chicos encuentran gracioso, que es muy diferente. Ergo, puedo asumir que para otros adultos también lo es...La idea de pérdida, con la muerte de los padres de Harry, es otro punto con el que se pueden identificar más los adultos que los chicos.
 
¿La nostalgia por su niñez es lo que la llevó a escribir esta historia?
¿Qué nos depara para el cuarto libro?
¿Qué es lo que más la enorgullece de Harry Potter?
 
-No, hay una tendencia a sentimentalizar la niñez que yo no tengo. A la mía la recuerdo, a veces, viviendo momentos de una intensísima felicidad, que jamás se llegan a sentir en la adultez... Recuerdo exactamente cómo se sentía ser chico y todo lo que hacía. Y a pesar de haber tenido mucho más contacto con chicos cuando enseñaba, no puedo decir que he sacado de la observación de otros niños nada que haya usado en mis libros. La clave para mí es que yo no veo a los chicos como una extraña banda de criaturas, a las que tengo que investigar, para conocerlos realmente.Lo entiendo, pero como autora debo contar la historia que quiero contar. Sentiría que estoy traicionando a los personajes, a mí misma, al argumento si accedo por presión a no hacer ciertas cosas. Las muertes están ahí por una razón, y cuando termine el séptimo libro podré discutir libremente con quien quiera el por qué de mi razonamiento y cuál ha sido mi justificación. Pero todavía no puedo hablar con la libertad que desearía, para no arruinar la historia.
El cuarto libro, el más largo de todos, que tiene 700 páginas, y que trata sobre el Mundial de quidditch—Harry va como espectador; la final es entre Bulgaria e Irlanda. Inglaterra queda descalificada frente a Transilvania, con una performance patética, de 310 goles contra tres; Uganda le gana a Escocia-- ya he dicho que habrá muertes...Y recuerdo muy bien las palabras exactas de una madre que en una audición de radio me dijo: "Quiero que mis hijos encuentren en sus libros un lugar seguro, en un mundo peligroso"
No soy la más calificada para decirlo, pero si es realmente verdad que con Harry muchos chicos se han acercado a la lectura, sin duda es de lo que más orgullosa me puedo sentir. Escuchar que hay chicos que gritan por un libro, sea mío o de cualquier otro autor, es algo fantástico. Muchas madres me han dicho que ha sido el primer libro que muchos niños varones han leído por ellos mismos. Es algo fantástico, aunque de ninguna manera planeado
 
 
 
¿Qué piensa escribir una vez concluido Harry Potter?
 
-Tengo algunas ideas muy vagas que escribo y luego guardo. Y es muy probable que un día, cuando termine de escribir el séptimo libro, las agarre, me de cuenta que son basura y quiera hacer otra cosa totalmente distinta. Me preguntan mucho cuando voy a escribir libros para adultos, como si uno no fuese un escritor serio hasta tanto lo haga. Si soy reconocida como una escritora de literatura infantil hasta el último de mis días, nunca voy a sentir que pertenezco a una segunda categoría. Pero Harry es un proyecto tan enorme...una gran novela que partí en siete pedazos; y me consume tanto tiempo, que no puedo detenerme a jugar con otras cosas. Lo que más quiero es terminar de contar esta historia. Por otro lado, soy consciente que nunca voy a poder escribir algo tan popular como esto de nuevo. Pero me conformo con que tampoco nunca fue mi intención hacerlo. Tendré que inventarme un seudónimo, y mandar los manuscritos de manera anónima.
 
¿No se cansa de Harry Potter después de 10 años de convivir con él?
 
-No me canso, para nada. Me encanta Harry, realmente. Una de las razones por las que no me canso es que siempre hay nuevos personajes, y otros que se van. Además los argumentos van cambiando, y los personajes evolucionan. No es lo mismo Harry a los 10 años que en la adolescencia, donde descubre tímidamente al sexo opuesto. En el cuarto libro, por ejemplo, todos se enamoran de la persona equivocada. Fue muy divertido escribirlo.