Harry Potter y la Corte del Fénix.
1
La
carta misteriosa Harry
Potter no era un chico normal en muchos sentidos. Pero la más importante de sus
anormalidades era su capacidad de hacer magia. Y en verdad era muy bueno.
Acababa de terminar su cuarto curso en el Colegio Hogwarts de magia y hechicería.
El año anterior había tenido que participar en el torneo de los tres magos.
Pero este ultimo curso le había dejado muchas cosas en que pensar. Como el
temido regreso de Lord Voldemort, o el antiguo grupo del que había hablado el
profesor Dumbledore cuando se encontraba en la enfermería reponiéndose del
encuentro que había sostenido con Lord Voldemort en la final del torneo de los
tres magos. Pero
también esperaba la carta de Dumbledore o de los Weasley para saber si podía
ir a la casa de uno de sus inseparables amigos, Ron Weasley sabía que también
iría su amiga Hermione Granger, la muchacha más inteligente de su clase. Harry
que no tenía mucho de haberse levantado ya se arreglaba para bajar a desayunar
con sus horribles tíos y su obeso primo Dudley. Harry a veces se preguntaba
como las sillas del comedor no se habían desplomado con el peso de su enorme
primo. Al
llegar al comedor, como siempre, la familia hacia como sí Harry no hubiera
entrado nunca ahí. Pero los tiempos en que esto parecía deprimente para Harry
habían terminado, pues ya se había acostumbrado a esta clase de tratos. Ese día,
como desde que había regresado de Hogwarts, Dudley todavía tenía que seguir
la estricta dieta que le había mandado la enfermera de Smelting, por lo tanto
Harry tenía que seguir comiendo tiras de zanahoria y demás verduras. Por
suertes sus amigos seguían enviando comida para que no muriera de hambre en
casa de sus tíos. Como
cada mañana empezó una nueva riña entre tío Vernon y tía Petunia por la
dieta de Dudley que todos los de la casa tenían que seguir. Harry
al ver que la pelea terminaba decidió comerse rápidamente su desayuno y se fue
a su habitación, donde podría disfrutar de un verdadero desayuno, la verdad
era que Dudley había bajado ya mucho peso, incluso seguía la dieta sin
quejarse, Harry sospechaba que alguna chica de Smelting le gustaba, pues seguido
andaba como en la luna, y ya no lo trataba tan mal, pero eso no quería decir
que no le tuviera miedo. Pero
aunque había cerrado la puerta todavía se oían los gritos de abajo, pero
Harry decidió que no se preocuparía por las diferencias de sus tíos. Cuando
entro se dio cuenta que ahí estaba Pigwidgeon en el alféizar de la ventana con
lo que parecía una carta de Ron. Harry abrió la ventana para que pudiera
entrar la diminuta lechuza, cosa que no le agrado mucho a Hedwig. Una vez
adentro Harry tomo la carta de Ron que decía: Harry:
Estupendas noticias Dumbledore a aceptado que
vengas con nosotros siempre y cuando vayamos nosotros mismos por ti. Papá dice
que no podremos ir por medio de los polvos flu por lo del incidente del año
pasado. Harry
recordó con una sonrisa como a Dudley le había crecido la lengua al tomar uno
de los caramelos longuilinguo de Fred y George, los hermanos gemelos de Ron. Pero
a conseguido que le presten uno de los carruajes del ministerio de magia.
Estaremos ahí el domingo a las seis de la tarde. Nos vemos pronto Harry. Ron
Posdata:
a Hermione la han hecho prefecta. Por lastima ella no podrá venir, prefirió
irse a Bulgaria con Krum. Cuídate Harry y no dejes que esos muggles te
molesten. Por cierto mamá dice que tendrías que decirles a los muggles que si
te dejan ir, ya sabes como es mamá, pero que le vamos a hacer .
Harry
estaba muy contento que casi gritaba de la alegría pero por suerte pudo
contenerse. Bajo rápidamente a la sala donde sabía que estaban sus tíos
viendo el noticiero de la mañana. Como era habitual cuando entraba la familia
hizo como si no hubieran escuchado a Harry al entrar en la sala. Así que Harry
carraspeo un poco para ver que le ponían atención. Tío
Vernon gruño como casi siempre que Harry hablaba de la señora Weasley A
Harry que no le gusto nada ese gruñido. Tío
Vernon como era lógico se puso blanco de miedo de la sola mención de Sirius,
el padrino de Harry que era un convicto de Azkaban acusado falsamente de haber
matado a trece personas pero eso tío Vernon no lo sabía. Harry
a un más feliz que nunca subió a su habitación, tomo un pedazo de pergamino
que le había sobrado y escribió una carta a Ron. Ron: No hay problema los muggles me
han dejado ir. Nos vemos el domingo. Harry. Harry
enrollo la carta y se la dio ha Pigwidgeon, que salió por la ventana aún
abierta, cosa que no le agrado a Hedwig.__No te enojes, para ti tengo una misión
muy importante que no le podría encomendar a otra lechuza__le dijo Harry con lo
que a Hedwig se le subió a la cabeza, escribió una carta, esta vez para
Sirius. Pero con todo ese ajetreo Harry no había notado que había una carta
sobre un enorme libro del que Harry había estado haciendo los deberes para la
clase de Historia de la Magia. Harry
la abrió preguntándose quien la enviaría pero para su sorpresa solo había un
pergamino sin nada escrito. Por
alguna razón le recordaba el mapa del merodeador quizás por que tenia un
aspecto muy antiguo pero Harry no lo sabía con certeza y no lo podía averiguar
por que estaba prohibido usar magia fuera del colegio y a el ya le habían
llamado la atención algunas veces. Así que decidió guardarlo en el baúl y
averiguarlo cuando fuera a Hogwarts. Termino la carta para Sirius y se la ato a Hedwig
en la pata |
Continuará...
Autora: Mar M. Potter de Gryffindor.