Harry Potter.

 

3 Castigo y sorpresa

Alguien lo zarandeaba bruscamente lastimándolo.  Harry no deseaba despertar, estaba soñando con sus padres, quienes le sonreían mientras sostenían amorosamente a su pequeño hijo (Harry se veía a sí mismo como un niño de 1 año), en aquella colina de verde césped donde el contorno de una casa se dibujaba más allá, lejos...

Había sido un sueño tranquilo comparado con sus noches de insomnio y de recordar cada encuentro con Voldemort, y sobre todo, la muerte de  Cedric...Por ello, no deseaba despertar, no ahora
-¡DESPIÉRTATE!

El grito vino acompañado de un zarandeo bastante fuerte que levantó a un Harry aun adormilado y con los ojos pegados.  Su visión borrosa, tanto por el sueño como por la falta de sus gafas, solo pudo distinguir la silueta de un hombre cubriéndolo todo.
-¿Qué...pasa?
-Preguntó bostezando, mientras su visión se aclaraba un poco.   Dándose cuenta de quien se trataba, y recordando lo ocurrido, se quitó de encima los rastros de sueño y cansancio y alcanzó sus gafas de inmediato.
-¡¿CÓMO QUE QUE PASA?!, ¡VEN AQUÍ!

 Tío Vernon lo alzó levantándolo de la cama, jalándole por la sudadera, arrastrándolo,  lo sacó de la habitación y lo bajó por las escaleras, deteniéndose antes de llegar a la puerta principal, que estaba entreabierta.  Harry supuso que era aun de noche, y fue como si un mazo le cayera en la cabeza...Ahora creía suponer porque su tío estaba tan molesto, bastante molesto en realidad.
 -Lamento mucho haberla molestado Petunia, pero me quedé con el pendiente, usted sabe, para eso están los vecinos...

 Una voz de una anciana se dejaba oír desde afuera.  Harry pudo distinguir la figura de tía Petunia, conversando con alguien más, al parecer, la vecina de enfrente. Dudley estaba junto a su tía, paralizado.  Tío Vernon  aferró a Harry por el cuello.
-Me asustó un poco Petunia, usted sabe, ver a su sobrino corriendo por toda la calle como...disculpe la palabra, loco, mirando hacia atrás...fue algo extraño...después pareció darle un ataque o algo...y solo alcance a distinguir su silueta subiendo por el muro hasta la ventana, aunque eso sí, parece ser un excelente atleta, ¡casi voló hasta la ventana!, debe estar orgullosa...al menos en eso...pensé en llamar a la policía, pero pues es su familia y no creí prudente ello...usted, sabe, con un sobrino algo...desequilibrado como me dice...

Harry escuchó aquello con la boca abierta...entonces, la mujer lo había visto cuando regresaba de la casa de la Sra. Figg, ¡Debió haber visto a los seres!, ¿Pero por qué no decía nada sobre ellos?, ya ni siquiera le importaba que le creyeran desequilibrado .
-Muchas gracias...-
Respondía tía Petunia rígida ante el relato, la mujer continuaba hablando preocupada. -Que bueno que regresaron, estaba ya pensando en llamar a la policía...

Pero tío Vernon jaló a Harry hasta la cocina, donde ya no pudo escuchar las voces de las mujeres.  Lo arrojó a una de las sillas del comedor.  Parecía no recordar la palabra “mágica”...
-¿QUÉ DEMONIOS TE PASA?

Tío Vernon estaba furioso, Harry no había creído verlo así desde hacía mucho, ahora sí que se le había armado tremendo problema...¿Por qué se había tenido que quedar dormido?
-Fui a casa de la Sra. Figg, pero ella no estaba...y
-CÁLLATE, AUN NO HE ACABADO.

Harry guardó silencio.  Tío Vernon lo miraba con fuego en los ojos, casi queriendo darle un zape a Harry.
-¿QUÉ PENSABAS AL...PORTARTE  DE ESA MANERA TAN ANORMAL? ¿QUIERES QUE LA GENTE COMIENCE A HABLAR?, SI, CLARO QUE SI, QUE TE VA A IMPORTAR LO QUE NOS  PASE A NOSOTROS...SOLO PIENSAS EN TI, YA NI PORQUE TE HEMOS TENIDO AQUÍ, DÁNDOTE TODO, SOPORTANDO SABER QUE ERES UN...MONSTRUO, ANORMAL, PERO TE GUSTA DAR LATA...
-¿Qué querías que hiciera?, ¡La Sra. Figg está en el hospital!, ¿Qué me quedara fuera toda la noche? -
Contestó él bastante enfadado también, sabiendo que no podía hablar de más, respecto a lo que había presenciado.  Pero la verdad, ya le estaba colmando la paciencia...
-¡SI!, ¡NO QUE ASUSTARAS A LOS VECINOS CON TUS...PORQUERÍAS!

Tía Petunia y Dudley entraron en ese momento a la cocina, con una cara de enojo como la del hombre.  Dudley parecía divertido con toda la situación burlándose de Harry con una sonrisita.
-¡Cómo hemos quedado!, ¿Qué hubiésemos hecho si llama a la policía? Un sobrino loco...

Tía Petunia se dejó caer en una silla con actitud de mártir, con una mano en la cabeza como a punto de darle un ataque.
-¿VES COMO TIENES A TU POBRE TÍA? Regresamos porque se me olvidó mi discurso–Dijo dando vueltas por la cocina, lanzándole miradas a Harry de vez en cuando- aun ni son las 12:00 siquiera, y pensar que ya me estaba mezclando bien para poder impresionar a mi jefe...¡Y MIRA CON LO QUE NOS ENCONTRAMOS! ¡CON QUE NUESTRO “SOBRINO” ANDA DANDO ESPECTÁCULOS CLÁSICOS DE SU...ANORMALIDAD!

Se dirigió a Harry, estrellando los puños contra la mesa, agarró a Harry por la muñeca izquierda con brusquedad.  Harry le sostenía la mirada, intentando no alterarse porque si no...
-¡AH COMO QUISIERA QUE TE CORRAN DE ESE...LUGAR DE LOCOS POR ESTO!, ¡ASI PODRÍA BUSCAR UN SITIO ADECUADO PARA TI!

Luego, pareció tranquilizarse.  Tía Petunia seguía igual.
 -¿Cómo el Centro de Seguridad San Bruto para Delincuentes Juveniles Incurables?- Mencionó Dudley con inocencia, mirando a Harry con desprecio, como pensando que ahora no era necesario sentir temor.  Tío Vernon lo estaba regañando...
-¡SI! Esa es una buena idea, pero ahora no puedo quedarme a ponerte en tu sitio, mocoso irreparable, así que te vas a quedar encerradito en tu cuarto, ¡Y mañana veremos que castigo te pongo!  Petunia, cariño, tranquilízate y prepárate que nos vamos a la reunión.

Tía Petunia se levantó de su silla.  Harry no se atrevió a preguntar si la vecina había visto a los seres, no le pareció conveniente y parecía que no los había visto por lo que Harry sabía.  No servía de nada contarle a sus tíos que algo lo seguía, que creyó estar en peligro mortal...quizá ni les importaría además de no creerle.

 Tío Vernon soltó a Harry y se acercó a la mujer abrazándola, Dudley sonrió victorioso y de pronto sus ojos  se fijaron en el brazo de Harry...Su mente pareció correr de prisa
-Papá, ¿Recuerdas que me preguntaste por el reloj que perdí?

Harry lo miró entendiendo lo que se proponía...abrió mucho los ojos temiéndolo...ahora sí que estaría en serios problemas
-Harry lo robó.

 El tío Vernon se volvió junto a la tía, y miraron a Harry, con el reloj en su muñeca.  El tío Vernon pareció que estallaría de cólera.
 -AHORA TAMBIÉN ERES LADRÓN, Y A TU PROPIA FAMILIA...
 -No lo robé.  Dudley lo tiró por la ventana -
Respondió él seguro de sí mismo, levantándose con el cuerpo temblando...
 -¡No es cierto papá!, sabes que me gustaba mucho...
-Tú eres el mentiroso-
Continuó Harry, sabiendo que no lograría nada pero al menos, hasta el final, diría la verdad
 -BASTA...AHORITA NO ES EL MOMENTO...
-Oh Vernon... -
Sollozó tía Petunia viendo con ojos escrutadores a su sobrino. -Ya sabía yo que esta gente era...
-NO TE PREOCUPES CIELO...TU...VETE A TU HABITACIÓN...DICES ALGO MAS Y TE JURO QUE TE VAS A LA ALACENA...

Harry obedeció sintiéndose enrojecer por el enojo que sentía.  Se arrancó el reloj de la muñeca y se lo arrojó a Dudley, éste retrocedió temiendo que le hiciera algún hechizo.
-Toma, ahí tienes tu estúpido reloj.
-¡PA...PAAA! -
Gritó Dudley haciendo un berrinche, tío Vernon agarró a Harry por el cuello de nuevo y lo hizo subir hasta su habitación, echándolo como cualquier cosa dentro.  Harry logró detenerse antes de caer y  le miró conteniéndose.
-Aquí...te quedarás...hasta que tenga...la cara para...hablar contigo...

Cerró la puerta con gran fuerza.  Minutos después, Harry los escuchó marcharse  en el auto.  Miró la ventana y la vio cerrada, desesperado fue hasta ella y se asomó, intentando abrirla, sin conseguirlo.  Lo que le faltaba, ahora no podría recibir sus notas de cumpleaños...Una tristeza lo invadió y cuando iba  sentarse en la cama, aceptando su miserable cumpleaños, sintió que alguien le miraba desde un rincón de la habitación.
-¿Hedwig?

La lechuza le miraba con expresión dulce y orgullosa.  Ululó contenta al verlo mirándola.  Estaba parada sobre una pila de sobres y paquetes que Harry supuso que serían.  Seguramente, sus tíos, desesperados por irse, no habían visto aquello, y Hedwig había llegado mientras tío Vernon lo llevaba a la cocina  y tía Petunia se despedía de la vecina.  Los demás paquetes pudieron traerlos Pig, la lechuza de Ron u otras lechuzas temprano, mientras dormía.  Algunas plumas por ahí y por allá afirmaban su teoría.  Bueno, al menos, después de todo, tenía aquella satisfacción, pese a lo que le esperaba mañana y a lo que le había ocurrido hacía unas horas, y aunque su cumpleaños había comenzado extraño, el saber que la gente que el apreciaba se acordaba de él, le producía felicidad, y voluntad para pensar en mañana y el castigo que tendría...Pensó en la lechuza en casa de la Sra. Figg...Pero en eso, Hedwig fue volando hasta él, atrayendo su atención.
-Gracias Hedwig, eres la mejor.
-Dijo acariciándole las plumas de las alas, luego la llevó hasta su jaula y le sonrió. -Te mereces un regalo que te deberé.

Ella ululó complacida y se puso a dormir de inmediato.  Harry fue hasta los sobres y paquetes y recogió el primero.   El que le había querido estropear la noche, no había conseguido quitarle aquello.
Abrió el sobre y comenzó a leer gustoso la carta.  Era de Sirius.

                  Harry:

                           ¿Cómo has estado?, espero que muy bien, y que los muggles no te estén amargando el verano.  Yo he estado algo ocupado...pero no te preocupes por mi, tú solo cuídate y estate alerta, recuerda, cualquier cosa que te angustie, puedes mandarme una lechuza y haré hasta lo imposible por ayudarte, por algo soy tu padrino.

Aquí te envío tu regalo de cumpleaños, espero que te guste mucho, quise comprarte algo de utilidad, especialmente luego de lo ocurrido...y de los tiempos difíciles que pueden venir...En fin, muchas felicidades por tus 15 años y espero vernos muy pronto.

                      Con cariño:    

 Tu padrino

 

 El regalo es un “protectori”, una clase de artefacto que te protegerá cuando lo necesites, crea un escudo parecido al encantamiento escudo que se que ya manejas, pero éste es mucho más poderosísimo y es casi imposible de destruir, depende de la magia y voluntad del mago que lo usa.  Solo lo tomas entre tus manos y dices “Inmediate protectorum”.  Para finalizar solo di “Finitem”.  Cuídalo mucho, es un objeto muy raro y no se consigue donde sea.

Harry guardó la carta y abrió el paquete envuelto en un extraño papel rugoso de color rojo.  El protectori resultó ser una esfera del tamaño de una manzana, de color dorado con chispas plateadas. Parecía algo muy común, aunque Harry ahora sabía que era algo preciado en el mundo de la magia.  Con cuidado, la observó y luego, la guardó de nuevo, colocándola en la cama junto a la carta de Sirius.

Tomó el siguiente sobre con el paquete.  Este era ahora de Hagrid.  

          Harry:

                  ¿Cómo estás?, sé que estás bien pese a todo, ánimo, todo saldrá bien, yo he tenido un verano algo ocupado, ya sabes, con la tarea que Dumbledore me encomendó con Madame Maxime...No debí poner eso, no quiero preocuparte, en fin...

                 Feliz cumpleaños  y aunque los muggles seguramente te lo desgraciarán, espero que este pequeño detalle te alegre un poquito.  Nos vemos pronto.  Cuídate.

 

P.D.  Madame Máxime te envía sus saludos.

Harry desenvolvió el paquete, esta vez de color negro y se quedó mirando el regalo.  Eran los comunes dulces que Hagrid le enviaba, hechos por él mismo, pero eso no era lo que lo tenía mirando aquello...Había algo más, una especie de espejo con marco de bronce, del tamaño de una libreta, con engarces de piedras de color violeta profundo.  Harry se preguntó que sería aquello...Hagrid no le había dicho que era aquella cosa, y no creía que solo se lo hubiese enviado para mirarse como un espejo común.  Algo desconfiado ante el peligro de no saber que era, lo cubrió con su envoltura y lo puso cerca del de Sirius.

El siguiente paquete que Harry tomó, traía una carta de Hermione.  Su caligrafía pequeña y cuidada se lo dijo de inmediato.

     Querido Harry:

                 ¿Cómo estás Harry?, espero que muy bien, que hayas repasado lo visto el año pasado, sobre todo porque no hiciste exámenes por lo del...Torneo.  También espero que no estés teniendo un verano muy pesado y que tus tíos no estén enfadados contigo.

Yo estoy de vacaciones en Irlanda, un país muy llamativo por sus leyendas e historias, quizá  no pueda verte hasta el 1 de septiembre en la estación.  Tal vez pueda llegar antes y nos veamos en el Callejón Diagon, para comprar lo del siguiente curso, ya hablé con Ron sobre ello, sea cual sea, tengo muchos deseos de verlos a ambos.

Felicidades por tu cumpleaños, aquí te envío mi regalo y espero que te guste, escríbeme lo más pronto posible y recuerda que cuentas con nosotros por si algo te ocurre.

                                             Besos

                                                   Hermione

Harry dejó la carta.  Parecía que todos estaban muy preocupados por él...y que no deseaban hablarle de nada que le recordase lo ocurrido el curso pasado.  Le entristeció un poco no poder ver a Hermione antes, tenía ganas de estar con ella y Ron y los Weasley...¿Hasta cuándo podría ir a la Madriguera?, tal vez se animaría a comentarle a Hermione y Ron sobre los seres en casa de la Sra. Figg y la lechuza...

Abrió el paquete pensando en ello, y sonrió al ver el regalo de Hermione.  Era un libro de tapa dura y color verde, como el color de sus ojos.  Bueno, viniendo de Hermione, aquello no debería de sorprenderle.  Acarició la tapa del libro y el color cambió a negro.  Comenzó a ojearlo y vio sorprendido que no era un libro, sino un álbum de fotografías mágicas, moviéndose con sus colores brillantes como pequeñas películas, en ellas aparecía ella o Ron o los Weasley, escenas del Torneo de los Tres Magos, con los compañeros del Colegio, los maestros o hasta Dumbledore y Hagrid, en muchas parecían no haberse dado cuenta de que los habían tomado, Harry se vio en la primera prueba, antes de montar la Saeta de Fuego, en realidad eran bastantes fotos, así que solo pasó las hojas echándole un vistazo rápido a todo,  se vio la noche del Baile de Navidad junto a Parvati, incluso, incluía los recortes del Profeta y la revista Corazón de Bruja, donde se hablaba de Harry a manos de la odiosa Rita Skeeter, en el recorte de la revista, con el título “La pena secreta de Harry Potter”, que tanto le había causado a Hermione, ella le había escrito un comentario bastante peculiar al lado del nombre de la “periodista escarabajo”: “¡Ja, ja, ja, la inteligencia triunfa al final!”, Harry no pudo evitar reírse, que Hermione pusiera algo así le parecía extraño, no solía sacar mucho su faceta cómica.  Siguió ojeando y se quedó en una foto de la propia Myrtle, mirando hacia la cámara mientras se elevaba con cara de enojo, con otro comentario: ”¡Quisiera estar viva solo por Harry!”.

Aquello tenía a Harry sonriente y parecía sentirse mejor, se preguntó que dirían los Weasley y Hermione si supiesen de su escena en el baño con Myrtle...de seguro, Fred y George no le dejarían en paz, haciéndole burla y carrilla.

Al final del álbum, venía una página especial, donde Hermione le escribió algo.  Se puso a leerlo aun contento de aquel peculiar regalo de ella.

        Harry:

                 No todo el año pasado fue malo, ¿Verdad?, así que aquí están esos momentos que valieron la pena, por una u otra razón y la gente que los compartió  contigo.

Pase lo que pase en el futuro, siempre contarás con nosotros pese a los peleas y a los malos ratos, eres un gran mago como ya lo dije en primer año, así que sigue adelante y ESTUDIA MAS, NO TE HAGAS EL TONTO EN CLASE NI TE PONGAS A PAPAR MOSCAS, cuídate mucho, y gracias por tu amistad.

 

                                       Con cariño:

                                                 Hermione

 P.D. ¿Creías que sería un libro? Pues casi te hago ese regalo, así que no te alegres tanto.

 Y abajo, una foto de los padres de Harry le miraba.  Ellos le sonreían moviéndose con alegría, abrazados, ahí se veían muy jóvenes, así que Harry supuso que sería del Colegio, pese a que no traían el uniforme.

Cerró el libro y lo puso junto a los otros obsequios sintiendo una alegría que ya extrañaba.

Miró hacia el rincón, solo quedaba un paquete, de Ron seguramente, supuso Harry, así que lo tomó, era algo pesado y  se lo puso sobre las piernas al sentarse en la cama.

Primero, como antes, leyó la carta que venía acompañando el regalo.

            

     Harry:

            ¿Cómo estás?, muy bien quiero pensar, feliz cumpleaños, y que los muggles no te estén dando la lata, asústalos con lo de Sirius, ya que no puedes echarles un encantamiento, pero en fin, ¿Qué crees?, estoy en Escocia, por asuntos de mi papá, así que lamento decirte que no nos veremos hasta el 1 de septiembre en la estación, Hermione me comentó algo parecido, mi papá anda ya sabes, ayudando a Dumbledore...y mi mamá también, así  que lamento no verte antes, yo quería que vinieras  a la Madriguera, pero bueno, que se le va a hacer, así que pásatela súper, cuídate y escríbeme por fa, ¡ no se te olvide!

 

Ron

 

P.D. ¿No ha pasado nada raro?, recuerda contarme si algo pasa.

P.D.2. Ginny te envía muuuchos besos.  (Aunque ella no lo dice, ja, ja)

P.D.3. Espero que te guste tu regalo.

Harry dejó la carta algo triste, Ron y Hermione no estaban cerca y no les vería pronto como quería, y él tendría que pasarse el resto del verano con los Dursley, aquello si que lo ponía malo, ya se imaginaba, y luego con el castigo por su comportamiento delincuente...Tampoco podría hablarles de los seres y la lechuza por carta, le hubiera gustado que fuese personalmente, y quizá ya para ese tiempo, no se animaría...

Feliz y triste al mismo tiempo, abrió el  paquete pesado y se encontró con un raro objeto parecido a una esfera de cristal, con un humo raro y espeso color plata adentro y  un ojo en la parte superior, delineado en color negro.  Ahora sí que había sido el cumpleaños de regalos raros, pensó sin saber que era aquello...una pequeña nota venía abajo del pesado objeto, la tomó y la leyó en voz alta.

-Harry, ésta cosa es un “Visionaro”, una especie de felétono muggle, mi padre lo consiguió de un mago que vende rarezas e inventos, solo pronuncia “Inmediato Visione” con la varita y ya verás.

La nota no decía nada más.  Harry le dio la vuelta y buscó pero nada, ¿Para qué podía servir?

-“¿Ya verás?”

Algo curioso por lo que podría pasar, se preparó a decir las palabras.  “Bueno aquí vamos”, se dijo dándose ánimos.  Leyó de nuevo la nota y luego alcanzó su varita y dijo:

-“Inmediato Visione”

La esfera de cristal se abrió a través del ojo y disparó una luz blanca potente y un viento fuertecillo que sacudió la cabellera azabache de Harry, quien se cubría los ojos debido a la luz brillante.  “Solo espero que la vecina no vea esto porque si no...”, pensó algo preocupado y sin comprender nada.  El humo se elevó y comenzó a solidificarse, Harry poco a poco se acostumbró a  la luz, miraba entre sus dedos hacia el techo, y veía sorprendido como el humo iba formando una pantalla casi sólida hasta el suelo.  La esfera seguía abierta por el ojo.

Cuando pensó que aquello no era de su entendimiento y que debía hacer algo, preguntándose porque Ron le enviaría algo así sin más indicaciones, una voz le saludó desde la pantalla hecha de humo.

-¡¿A que no te dije Harry?! ¡Ya verás!

Harry se quedó con la boca abierta.  Ron le sonreía en vivo y en directo desde la Madriguera, junto a Hermione, Fred, George, Ginny, Bill, Charlie y los Sres. Weasley.
-¡¿A que no te dije Harry?! ¡Ya verás!
-¡Sorpresa!

Le dijeron muchas voces a la vez. Harry se quedó con la boca abierta. Ron le sonreía en vivo y en directo desde la Madriguera, junto a Hermione, Fred, George, Ginny, Bill, Charlie y los Sres. Weasley.

No podía creer aquello...Todos le miraban sonrientes y cómplices, en lo que Harry reconocía indudablemente como la Madriguera, la casa de la familia de Ron, la que había conocido en segundo año y la que le agradaba bastante...Se preguntó si aquel aparato Visionaro no sería una clase de grabación mágica, como un video, aun así le daba mucho gusto ver a los Weasley, ver a Hermione...Ellos parecían esperar que dijera algo, pero al verlo tan asombrado, Hermione se adelantó.
-¿Harry?, Oye, -Dijo Ron algo preocupado- Esto no es una broma o nada por el estilo.
-Hola, -Dijo él al fin- Me da mucho gusto verlos.
Y sonrió de oreja a oreja, sintiéndose feliz.

Continuará...

Autora: Mariana de Beauxbatons.