Harry Potter.

 

8 La amenaza de los Mortífagos

Solo hasta unos minutos después, Harry se dio cuenta de la tontería que había hecho al pedirle a Ginny que lo acompañase. No había pensado que sería incómodo para ella estar con él, ni si ya había terminado de comer o quería quedarse con los demás en el lugar, y tampoco en que si llegaba a encontrar a la mujer adivina, Ginny escucharía las cosas que él deseaba saber y preguntar y sobre todo, las que la mujer le diría. Y él iba tan concentrado en sus pensamientos, que no se percataba que ella le seguía en silencio. Además, ya pensando todo ésto, hasta él se sentía extraño con ella como compañía, casi nunca hablaban y menos estaban solos. ¿Por qué le había pedido que lo acompañara?, Harry no tenía ni idea. Solo recordó que al estar ante la mesa, había sentido deseos de irse y la pregunta había salido de su boca antes que de su mente.
- Ginny, ni siquiera te dejé terminar de comer, ¿Verdad?
- Preguntó un poco preocupado por su falta de educación. Ella sonrió tenuemente.
- Ya había terminado de todos modos, cuando no se conversa se termina más pronto.

Harry sonrió un poco incómodo como ella ante la situación. Pensaba si era bueno llevarla consigo hasta la adivina...
-Ginny, ¿Qué opinas de adivinación?

Ella se volvió a él con un interés especial en los ojos.
-Bueno, me parece una materia muy interesante y contradictoria...pero no me molesta y me gusta estar abierta a las posibilidades. Sé que Ron se burla mucho de esa materia.
-Sí así es
-Pero creo que depende de cada quien, a mi me gusta.

Luego de un breve silencio, Ginny dijo algo más.
-¿Por qué no le pediste a Ron y Hermione que vinieran contigo?, ya veo, creo que no quieres que sepan de ésto y que tiene que ver con tu pregunta
- dijo ella sonriendo. Harry asintió algo avergonzado.
-Te comprendo, Harry...no quieres preocupar a nadie...me ocurrió cuando sucedió lo de la Cámara Secreta y todos...estaban pendientes a mi en casa, a su modo diferente, claro. Creo que aun, en algunos momentos...mis padres siguen preocupados.

Ella le sonrió de nuevo con ojos tristes y luego bajó la mirada entrelazando las manos. Harry la miró con un gesto dulce, y pensó que bueno que ella no le había visto...
-Gracias por acompañarme tan de prisa Ginny.

-De nada.

Habían llegado hasta la tiendecita de la adivina, pero estaba vacía como Harry ya había pensado. No creyéndolo, se acercó a mirar todo más de cerca, estaban la mesa y las sillas, pero no la mujer. Ginny algo renuente se acercó como él y miró todo con ojos algo sorprendidos.
-¿A...quién buscabas Harry?
-Una mujer, una adivina...¿No la conoces, no la has visto?
-No...Yo no pero quizá mis hermanos sí. Podrías preguntarles, no pierdes nada.
-Sí...

Pero en realidad, no lo haría. Ya podía imaginarse sus caras de burla o preocupación si les preguntaba por un personaje tan extraño. Decepcionado, Harry suspiró.
-Bueno, vámonos Ginny.

Los dos comenzaron a alejarse del pequeño lugar. Como ya era más tarde, había un poquillo de más gente, magos y brujas en todo el Callejón Diagon. Hasta entonces, Harry se percató que cuando las miradas se posaban en él, había ciertas expresiones en el gesto de todo ellos, distintos y especiales. Algunos volvían inmediatamente la mirada, otros le sonreían como si pensaran que algo malo le ocurriría, otros le veían angustiados con ojos brillantes...Claro, ahora que Voldemort estaba de vuelta, Harry era su más preciado enemigo y objeto para destruir.
-¿Quieres un helado Ginny? ¿Vamos con Florean Fortescue?
-Claro, gracias...
- mencionó ella tímidamente, y por primera vez, Harry decidió concentrarse en su compañía y se adaptó a su paso, no dejándola atrás como antes. Iba tratando de que conversaran sobre Hogwarts y lo que pasaría este año, y ella comenzaba a responderle ya un poco menos cohibida en su presencia, y a Harry le ocurría algo extraño: ahora él se sentía algo cohibido.
-¿Paseando con tu novia Potter? ¿Ya te cansaste de la sangre sucia? ¿O te dejó por el tonto de Krum?

Draco Malfoy les salió a la vista deteniéndolos. Estaba como siempre, riéndose y buscando algo de que burlarse y molestar a Harry, pero esta vez tenía cierta confianza rebosante en su malicioso rostro. Miraba a Ginny de arriba a abajo con una sonrisita burlona y unos ojos despreciativos.
-¿Decidiste cambiarla o conformarte con...ésta?, Para gustitos que tienes....primero una sangre sucia asquerosa, pretenciosa y orgullosa y luego una brujita torpe, fea y pobretona que viene de una familia igualita que ella para acabarla...de verdad que eres... -Miró la ropa que Harry traía con asco- parecido a ellos...
-¡CÁLLATE MALFOY!

Harry temblaba de ira de pies a cabeza, furioso por la forma en que él se expresaba de Hermione, Ginny y los Weasley. Tenía demasiadas cosas en la cabeza que deseaban explotar de alguna manera y golpear a Malfoy no sonaba tan mal, en realidad era algo muy satisfactorio de imaginar, además, no estaban sus estúpidos amigotes, Crabbe y Goyle.
-¡No te atrevas a hablar así de ellos! ¡A mi puedes decirme lo que quieras, pero solo a mi!
-Uy pero que buen caballero y héroe saliste, Potter...claro, si eres famoso tienes que gustarle a las damas y a la gente miserable...
- dijo él sonriendo divertido ante la actitud de Harry. Harry lo miraba con ojos encendidos, tratando de que no lo sacara de sus casillas...ya sentí las orejas calientes del coraje.
-Bueno, si a "ésto" -dijo señalando con un gesto despectivo de la cabeza a Ginny- le puedes llamar dama...

Fue suficiente. Harry se abalanzó contra él y agarrándolo por el cuello le dio un tremendo golpe en la cara que lo lanzó contra el muro. Ginny pegó un grito y se cubrió la boca para luego ir hasta Harry diciéndole que no le hiciera caso y que por favor se fueran, jalándolo por la manga de la gran sudadera. Pero Harry no escuchaba, y Malfoy trataba de defenderse con una sonrisa estúpida, lográndolo al golpear a Harry en el rostro con un golpe algo torpe pero certero, que rompió los lentes de Harry, dejándoselos colgando de una oreja. Era raro que no estuviera aterrorizado, estando solo, Harry pensó que así sería, pero Malfoy estaba...muy confiado.
-¡Harry por favor, vámonos!
-Anda Potter, huye, se cobarde...ja, ja
- decía Malfoy agarrando a Harry también por el cuello y defendiéndose de sus ataques con algo de pavor en la cara pero disfrazado tras una risita nerviosa. Quizá solo aguantaba por orgullo.
-¡Ya me tienes harto Malfoy, no voy a permitir que hables mal de Hermione, ni de Ginny o los Weasley!

Los dos se estaban dando de trancazos mientras Ginny intentaba detener a Harry, las personas comenzaron a reunirse alrededor de ellos, otros los vieron y los ignoraron, cuando dos pares de brazos fuertes los separaron rápidamente con algo de esfuerzo. Malfoy seguía riéndose en brazos de su padre, el mismísimo Lucius Malfoy, quien vio a Harry fijamente con ojos fríos y maliciosos. Harry se debatía entre los brazos de Florean Fortescue, quien seguramente había salido de su heladería al ver tremendo embrollo. Ginny tenía la boca cubierta con sus manos y miraba alternativamente nerviosa y asustada a los Malfoy con algo de reserva y luego a Harry con algo de preocupación. Malfoy hizo ademán de querer golpear de nuevo a Harry.
-¡Ya basta Draco, no estés dando escándalos como un...mago vulgar! ¡Qué falta de educación! ¡Eso dejáselo a...magos faltos de ella!

Lucius Malfoy logró calmar a su hijo con las palabras. Harry también ya estaba tranquilo, se volvió al Sr. Fortescue y le pidió disculpas para luego darle las gracias. El hombre parecía muy afligido, lo miraba con preocupación, preguntándole si estaba bien.
-¡No hay nada más que ver!
- dijo Lucius Malfoy, a las personas reunidas a su entorno, quienes molestas o temerosas se marcharon de inmediato. El Sr. Fortescue también se marchó algo renuente, mirando de reojo a Lucius Malfoy. Se fue a su heladería enfrente de la acera de la pelea y se quedó afuera, viendo disimuladamente al Sr. Malfoy.

Ginny fue hasta Harry y le miró preocupada. Lucius Malfoy se acercó a ellos, dejando a su hijo quien sonreía golpeado pero divertido con aquello, luego le habló a Harry con voz dura y mirada envenenada.
-Escúchame bien, miserable, no vuelvas a tocar a mi hijo, ¿Te crees muy protegido y valiente por tener a esa familia de pobres magos y a esos tontos maestros de Hogwarts? ¿Por tener a Dumbledore de tu lado?, ja, no me hagas reir... -Luego una sonrisa perversa se curvó en sus labios- Nuestro señor espera en oscuridad y silencio, con paciencia a poder destruirte con sus propias manos, de no ser así, ya estarías muerto, yo en lo personal tengo tantas ganas de... -Sus manos simularon cerrarse en un cuello humano- Tenemos al Ministerio de nuestro lado, y tú y tus historias son solo inventos de un mocoso demente y desquiciado, así que vete con mucho cuidado, Potter, no vaya a ser que aparezca un día de estos muerto tu o alguien más...como Cedric Diggory...

Con un rostro más serio y mirando disimuladamente a todos lados como para ver si alguien lo miraba, Lucius Malfoy se volvió a dirigir a Harry, quien lo escuchaba serio y enfrentándolo con la mirada fija en él.
-Ya verán de lo que es capaz Lord Voldemort contra sus enemigos, y ni siquiera los jueguitos que Dumbledore tiene planeados le servirán para salvarte de las garras de nuestro señor...

Se sacudió la ropa y luego miró a Ginny...Se inclinó hasta ella con un gesto terrible en el rostro de burla y desprecio.
-¿Qué pasa niña?, ¿Aun sigues extrañando tu diario? Puedo darte más cosas que valorarías mucho...

Ginny se aferró al brazo de Harry y éste aun hirviéndole la sangre, se puso ante ella alejándola de Lucius Malfoy, abrazándola como protegiéndola, ella se refugió en sus brazos dándole la espalda al hombre. Lucius Malfoy se fue hasta su hijo y le indicó que caminara. Draco Malfoy se rió por última vez de Harry y Ginny y comenzó a caminar. Lucius Malfoy le hizo una seña a Harry, la clásica de "morirás" y luego se fue tras su hijo con aire imponente.
-Ya pasó Ginny, no tengas miedo, no dejaría que alguien te lastimara por mi culpa
- le dijo Harry al verla tan asustada, ella levantó el rostro hacia él, quedando muy cerca de la cara de Harry. Aun estaban abrazados y muy juntos...Se dieron cuenta de ello y Ginny se alejó de él suavemente colorada hasta la punta de los cabellos, con la mirada baja, Harry también sintió el rubor en su rostro pero lo ocurrido parecía aminorarlo, pues se tranquilizó pronto. Bajó la mirada también algo nervioso...
-Gracias Harry por defendernos...pero no debiste hacerle caso
- dijo ella angustiada aun, pensado seguramente, creyó Harry, como él, en las palabras ponzoñosas de Lucius Malfoy...con razón su hijo estaba tan confiado, con su padre cerca...
-No pude contenerme, se lo merecía...no me importa que se meta conmigo, además, no estamos en Hogwarts, aquí si pude desquitarme, oh como no sé transformarlo en gusano, ¿Viste como pelea? ¡Como bailarina! ¡Con razón siempre trae a esos dos estúpidos con él! Al menos se fue mucho peor que yo...Debí traer mi varita...pero bueno, el desquite físico estuvo bien...así no pueden regañarnos por nada...

Harry sonrió tratando de que Ginny se calmara y funcionó, ella también sonrió aun algo nerviosa. Después ella algo dudosa le acarició el rostro donde ya los golpes aparecían y le intentó acomodar los lentes, Harry la vio algo apenado por el gesto (aunque solo su ojo derecho veía bien, el otro estaba algo nublado por la falta del lente correspondiente).
-Deben dolerte, yo también debí traer mi varita...pensé que su padre nos haría algo - dijo ella alejando su mano al sentirse de nuevo colorada. Harry agradeció eso pues ya también él sentía algo raro...Los dos comenzaron a caminar de regreso a La Cuchara Mágica . Ahora iban muy juntos uno al lado del otro, hasta Ginny lo llevaba de un brazo como queriendo ayudarle.
-Te deberé ese helado Ginny
-No importa, será mejor regresar, de seguro nos esperan para ir a comprar los materiales de este curso...¿De qué color comprarías tu túnica si fueras yo?
- preguntó algo tímida. Harry lo pensó un momento.
-Violeta, pero bueno, yo no sé

Los dos se sonrieron y regresaron a La Cuchara Mágica.

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-¡Válgame el cielo! - dijo un vez más la Sra. Weasley al ver a Harry golpeado y de escuchar la versión de lo ocurrido. Muchos de los magos y brujas que habían presenciado la pelea del siglo habían llevado el chisme a otros lugares del Callejón Diagon, incluyendo a La Cuchara Mágica, donde los rumores llegaron a oídos de los Granger, los Weasley y Krum con excesiva y a veces sobreexplotada explicación de detalles. Precisamente el Sr. Weasley y todos sus hijos y hasta Krum y Percy, iban a buscar a Harry y Ginny preocupados por lo de Lucius Malfoy presente cuando ambos llegaron al local más tranquilos. Harry no quería pensar por ahora en las amenazas del Mortífago, ni en las palabras de la adivina. Se había divertido con Ginny. La Sra. Weasley inmediatamente se los abrazó con fuerzas, dando gracias por verlos bien.

Luego, inmediatamente, se habían llevado a Harry y Ginny a sentar y a él a curarle los golpes. La Sra. Halley, dueña del restaurante, había traído una sustancia mágica color amarilla y olorosa a jazmín para que la Sra. Weasley se la pusiera a Harry en la cara. Antes, con un golpecito de su varita mágica en el recipiente de la sustancia, la preparó y dijo que en cuanto Harry la tuviera en la cara, le ayudaría con los golpes. Parecía muy preocupada también por el altercado. Todos los hijos Weasley hablaron alabando a Harry y todos discutían sobre los Malfoy, los Granger prefirieron guardar silencio y observar.

- ¡Bien hecho Harry! Hasta que uno de nosotros le partió la torre a ese presumido de Malfoy,

Dijo orgulloso Fred. El Sr. Weasley por el contrario estaba muy preocupado por lo ocurrido, pensativo y silencioso, Harry había tenido que decirle que Lucius Malfoy había estado ahí y había hablado con ellos, amenazante, pero no tanto por él, sino por la seguridad y protección de Ginny.
-¿Cómo se atreve ese maldito de Lucius Malfoy a asustar a mi hermana y a Harry?

¿Pero que hacían los Malfoy tan pronto aquí?...

Charlie estaba muy enojado por ello, como Bill y sus demás hermanos, Ron estaba que se moría de coraje, y Hermione veía a Harry muy angustiada como la propia Sra. Weasley. Krum se limitaba a escuchar con su habitual gesto serio, a un lado de Hermione.
-Lucius Malfoy tiene mucho poder en el Ministerio lamentablemente, y ahora más que Cornelius Fudge le ha dado la espalda a Albus Dumbledore- mencionó Percy muy serio y preocupado, con palabras en las que todos coincidieron.
-Harry
- dijo al fin el Sr.Weasley mirándolo fijamente con aflicción.
-No quiero que te busques problemas con nadie de los del grupo que tú sabes bien quienes son. Lo que hiciste hoy...te lo agradezco. Gracias por defendernos, por proteger y cuidar a Ginny.

Harry asintió algo apenado por aquello. Hubo total silencio y atención en los demás.
-Pero por favor, ten cuidado, estás a mi cuidado y es mi deber protegerte hasta que llegues a Hogwarts, no quiero que andes de nuevo solo sin la compañía de Bill o Charlie, la mía o la de Molly o Percy.

Fred, George y Ron hicieron un gesto general de desacuerdo, considerándose excluidos.
-Ustedes no tienen aun la capacidad para defender a Harry como uno de nosotros. -Miró de nuevo a Harry- Por lo menos hasta que estés en territorio seguro, como Hogwarts. Y de nuevo, gracias Harry.

El hombre le sonrió, quizá al ver a Harry tan angustiado y preocupado pensando que tenía razón y solo había conseguido empeorar las cosas y afligir más a los demás por su culpa. Ahora, iremos a comprar las cosas para el cuarto curso, primero a Gringotts y mañana por la mañana, muy temprano, nos iremos a casa.
-Sr. Weasley....lo siento mucho...¡Pero no iba a permitir que hablase mal de ustedes en mi cara!
- dijo Harry algo avergonzado por su conducta impulsiva. El le sonrió y con un gesto negativo en la cabeza, le puso una mano en el hombro a modo de apoyo.
-Solo piensa, piensa en cuidarte, por favor. Sé lo que se siente, ¿Recuerdas que yo me pelee con Lucius Malfoy hace ya tres veranos?, bueno, quiero que todos se preparen para salir a comprar todo, vamos, no se tarden, Harry, dame tus lentes, Ron, trae las cosas de Harry

Todos le hicieron caso y Harry se quedó con los Sres. Weasley y Granger, y un Krum silencioso. El Sr. Weasley usó su varita y un segundo estuvieron sus lentes como nuevos, se los entregó a Harry.
-Gracias Sra. Halley
- mencionó Harry al verla ya marcharse a sus asuntos, ella sonrió.
-Me da gusto que defiendas con tanto valor a tu amiga muggle

Al marcharse, la Sra. Weasley se acercó a Harry.
-Todos los que trabajan aquí vienen de familias muggles como Hermione, pero son magos o brujas, les gustó lo que escucharon

Ella le guiñó un ojo. Harry sonrió.
-¿Seguro que quieres venir con nosotros Harry? ¿No estás cansado?
-No, estoy bien, gracias

Así pues, marcharon todos juntos, incluso Krum, ya que regresaron los otros a comprar las cosas para el curso siguiente. Fueron a Gringotts por el dinero, (de nuevo Harry se sintió mal al ver lo poco que tenían los Weasley a comparación de él, aunque era algo más que antes y ésto lo alegró, tenían más oro y supuso que se debía en parte a Fred y George quizá, tendría que ver) y los Granger cambiaron su dinero muggle como siempre. Primero fueron a Flourish y Blotts por los libros y las barajas de Harry, Ron y Hermione, y los correspondientes a Fred, George y Ginny. El propietario los atendió rápidamente, con esa tensión ya conocida en todos por lo que ocurría respecto a Voldemort. Hermione se situó en medio de Ron y Harry al ver que les habían entregado la baraja de Lucy Clover y el libro "Las verdades que revelan las cartas". Miró los objetos con algo de desdén.
-¿Así que esas son las cosas que verán?

El paquete de barajas venía en una caja de madera a la medida de éstas (las cartas serían de unos 15 cm de largo por 8 cm de ancho), de color oscuro, con muchas chispas de diferentes colores que a la sombra brillaban intensamente y semejaba un pedazo de cielo nocturno. La cajita era lisa y barnizada por algo especial al contacto, y en la tapa principal traía con letras doradas "Las Barajas Mágicas de Lucy Clover" sobre el dibujo de un trébol precisamente, en sobrerrelieve. El libro era del tamaño de un cuaderno pequeño, de tapas gruesas del mismo color y con las chispas del paquete de cartas sobre ellas. Las hojas parecían de pergamino viejo y arrugado, aunque solo era una presentación, y traía del mismo modo el título del volumen en letras doradas y el extraño trébol en sobrerrelieve.
-Sí, en adivinación, tu materia preferida Hermione -
dijo burlonamente Ron, mirando de reojo a Krum, quien cargaba los libros de Hermione para el curso y alguno que otro (seguramente sobre los temas que le había dicho a Harry que investigaría y que su adorado Krum le había ayudado a escoger) y la esperaba con mirada paciente y seria.
-¿Cuándo piensan dejar esa materia por algo más interesante?, ¡Ni siquiera han aprendido nada ni visto nada en realidad!
-Bueno, pero nos divertimos, ¿Verdad Ron?
-Sí que sí.
-Allá ustedes, yo me marcho, Harry, platicamos luego, ¿Te parece?
- dijo refiriéndose al asunto de los Malfoy. Harry asintió. La muchacha les sonrió y se fue hasta Krum y sus padres, quienes ya le estaban haciendo plática y él muy amable (aun con su seriedad eterna), les contestaba. Ron y Harry dejaron sus ojos ahí, viendo aquello. Hermione se dirigía a sus padres.
-Mamá, ¿Puedes escogerme mi vestido para este curso con Madame Malkin?, Viktor me invitó a pasear y tomar un helado. ¿Puedo ir papá?
-No se preocupen, Sres. Grangerrr, yo cuidarré a su hija.
-Claro Hermione, tengan cuidado.
- dijo su padre sonriente y su madre igual apoyó su decisión guiñándole un ojo a su hija, lo que seguramente causó una reacción de nervios y sonrojos en ella. Así, Hermione salió al lado de Krum platicando de quien sabe que cosas.
-"Viktor me invitó a pasear y tomar un helado", bah... - Ron la imitó algo molesto, estrujando sin querer el libro de Lucy Clover y el paquete de barajas. Para su sorpresa, Harry también se encontró estrujándolos. Fred y George se acercaron a ellos con sus libros y cosas en brazos. Traían extrañas miradas divertidas. Fred les habló con voz melodiosa.
-Ese Krum está muy interesado en Hermione...¿No creen?
-Sí, así parece- dijo Ron restándole importancia al asunto, revisando una lista que traía las cosas pendientes que le faltaban a él y Harry y que había hecho él mismo.
-Me da gusto por ella
- Harry también lo dijo con indiferencia, fijando sus ojos por primera vez en las barajas y el libro que tenía en manos junto al volumen del Libro Reglamentario de Hechizos, Curso 5.
-En realidad parece buena gente, ¿No Fred?
-Oye Harry, ¿Cómo estuvo tu cita con Ginny?, más vale que trates bien a nuestra hermanita, ¿Eh?

Los dos rieron ante la mirada asesina de Harry y la sonriente de Ron. Luego se alejaron de nuevo hablando en murmullos. Ya que compraron todo lo que les hacía falta, como pergaminos, plumas, tintas, sustancias para pociones...se dirigieron con Madame Malkin para comprar las túnicas. Esta vez los Weasley estaban muy entusiasmados con la idea pues todos tenían ideas sobre que tipo de túnica querían y sobre todo, nueva. Como Ron ya tenía la suya ("¿Cómo iba a creer que Fred y George me comprarían una por adelantado y que la podría escoger por catálogo, Harry?"), se dedicó a ayudar a Harry a escoger la suya. El Sr. Weasley y El Sr. Granger sintiéndose ajenos al mundo de las compras, se quedaron en la entrada del local platicando. La Sra. Weasley y la mamá de Hermione estaban en la zona de túnicas femeninas junto con Ginny y Madame Malkin. Bill y George andaban con los gemelos viendo las túnicas que éstos escogían (burlándose más bien), y Percy estaba indeciso entre dos túnicas bastante sobrias. Cuando Harry y Ron estuvieron cerca de él, no pudo contenerse.
-¿Cuál creen que se me ve mejor?
- les preguntó sosteniendo cada túnica con una mano.
-Percy, las dos son iguales, solo se diferencían en que ésta trae los puños y el cuello de otro color- dijo burlón Ron, casi riéndose. Harry sonrió aceptando el comentario de su amigo.
-Pero eso cambia mucho la imagen, Ron. -Contestó molesto con gesto altivo y orgulloso- No sabes nada de gustos refinados.
-Ah, como ya tienes el puesto de Crouch...
-No Ron, ya quisiera, estoy de suplente mientras se escoge al nuevo funcionario y tengo que causar buena impresión, quiero demostrarle a Penelope que estará bien conmigo. Quien sabe lo que pueda pasar.
-¿Ya tienen candidatos Percy?
- cuestionó Harry interesado en el tema.
-Sí, pero no puedo hablar de esos asuntos del Ministerio. También ya hay candidatos para el puesto de Ludo Bagman, en el Departamento de Deportes y Juegos Mágicos. Al menos ya no nos preocupamos por los artículos de Rita Skeeter, ¡Que mujer tan odiosa!

Los dejó yendo hasta donde estaba su padre y el Sr. Granger, para pedir su opinión con las dos túnicas en las manos. Harry y Ron continuaron viendo las túnicas de gala.
-Así que sigue con Penelope Clearwater
-Sí, no sé como ella lo soporta, Harry, en serio
-¿Qué te parece ésta?
-Ay no Harry, ya usaste una color verde, esta vez tiene que ser diferente
-¿De qué color es la tuya?
-Bueno, azul marina, ¿Qué te parece?
-Bien por ti
-Harry...¿Por qué crees que estaban los Malfoy aquí?...¿Crees que por ti?

Era evidente para Harry, que Ron estaba muy preocupado por la seguridad de su amigo.
-No lo sé...

Y también era evidente que podría tener razón Ron...¿Vendrían solo a comprar los materiales para el Colegio?...¿O tenían otra razón que involucraba a Voldemort...o a Harry? ¿Lo estaban espiando?

Como Harry no podía decidirse por ninguna, fueron los últimos en quedarse en la tienda con ese pendiente. Harry tenía la cabeza en otra parte y también parecía que Ron. La Sra. Weasley se ofreció a ayudarlos, ya que ella había elegido la de Harry el año pasado, y él aceptó gustoso, así que en un momento miró toda la variedad y le escogió una muy elegante y agradable de color gris acero. (Ron no pareció muy de acuerdo con las de colores azules, seguramente porque la suya era azul).

Ya con todo lo faltante comprado para Harry, Ron, Hermione, Ginny, Fred y George, además de Percy y lo que se les ocurrió a los demás, ya cuando atardecía, terminaron las compras y se dirigieron a tomar un helado, no sin antes pasar de nuevo por Artículos de Calidad para el Juego de Quidditch, donde Ron compró el paquete de tarjetas de los equipos de Gran Bretaña. Harry se compró el libro sobre Los Mundiales de Quidditch del año pasado para recordar, y Bill prefirió pasar al Emporio de las Lechuzas y comprarse una lechuza hembra de color pardo que decía que casi le hablaba con los ojos diciéndole "Llévame a casa", lo que causó una risa general, incluso de los Granger que parecían estar divirtiéndose mucho. Pero a Bill no le importó y compró la lechuza de ojos azules muy claros, que era precisamente nueva en el negocio. Luego se dirigieron a tomar un helado, ya estaba atardeciendo.

Ahí se encontraron con Krum y Hermione, quienes en una mesa para dos, conversaban calmadamente, aunque a veces ella sonreía y reía contenta y para sorpresa de Harry, hasta Krum dejaba entrever una sonrisa que cambiaba radicalmente su rostro usualmente hosco. Se veían contentos...antes de que la extraña sensación de incomodidad y coraje ahogaran a Harry como sucedía ya desde hace rato con Ron, Harry recordó que le debía un helado a Ginny, así que fue hasta ella y le remembró su promesa (lo que iluminó extrañamente el rostro de la Sras. Weasley y Granger, ya que sus esposos seguían conversando sobre artículos e inventos muggles a petición del Sr. Weasley, e hizo que todos los demás miraran a Harry extrañamente con sonrisitas burlonas y guiños de ojos, a excepción de Ron, quien espiaba discretamente a la pareja Krum-Hermione y Percy, quien murmuraba cosas como "Penelope" y lanzaba suspiros). Como estaban todos sentados juntos en una gran mesa, Ginny y Harry buscaron sentarse juntos y comer su helado, ella le agradecía colorada que recordara su promesa. El Sr. Fortescue se acercó a ellos preguntándole a Harry si todo había acabado bien con Lucius Malfoy.
-Ha estado aquí desde antes de ustedes
-¿De verdad Florean?
-Sí Molly...incluso no ha querido ir al restaurante de la Sra. Halley y solo habla mal del lugar, aunque nunca ha probado el delicioso menú
- continuó contándoles el Sr. Fortescue con algo de nerviosismo y reserva. Los demás lo escuchaban en silencio, interesados por el tema, incluso Hermione y Krum se volvieron al oír aquello.
-Vino también su esposa, pero ella no se ha visto mucho como el propio Lucius Malfoy...su hijo es el único que se pasea por el Callejón Diagon con más frecuencia.. -Luego se acercó más a ellos, como si temiera que lo escuchasen otras personas- Las malas lenguas dicen que Lucius Malfoy se la pasa en el Callejón Knockturn...

Como avergonzado por andar contando aquello, se alejó disculpándose de pronto. Todos se miraron unos a otros preocupados, pero quizá queriendo dejar eso atrás, continuaron su plática, sin quitarse esa preocupación de la cara.
-¿No ve Percy a Penelope?
- preguntó Harry a Ginny, mirando al joven suspirar con nostalgia.
-Bueno, sí la ve, ella está tratando de trabajar en El Profeta, pero aun no sé si lo consiguió. Sus padres la llevaron de vacaciones a Albania y Percy no la ha visto todo este verano, solo se escriben, pero ya ves que ella también es demasiado trabajadora como Percy.

Precisamente en ese momento, la Sra. Weasley hablaba con Percy sobre el trabajo. Harry y Ginny se volvieron a ellos.
-Percy, hijo, no deberías trabajar tanto cariño, eres aun joven, no debes apresurarte...
-Pero mamá, si tengo la oportunidad de escalar y estar en un buen lugar, puedo ofrecerles a ti y a mi familia y a Penelope lo mejor, es bueno tener un buen lugar e influencias...

Harry y Ginny dejaron de prestarles atención. Ahora la concentración de Harry se fue hasta Hermione y Krum. Ron ya iba por su tercer helado (seguramente no se daba cuenta que se llevaba a la boca). Fred, George y Charlie seguían burlándose de Bill y su relación afectuosa con la lechuza a la que bautizó como Atena.
-¿Por qué habrá venido Krum desde tan lejos?
-Bueno Harry...él me dijo cuando aun no lo veías y llegó a La Cuchara Mágica, que había venido porque le interesaba estar cerca de Hogwarts este año, y...para ver a Hermione y conocer a sus papás...para que ellos lo conocieran y supieran quien es él. Además, dijo que le traía un regalo muy especial a Hermione, ya ves que cumple años el 19 de septiembre.
-¡¿QUEEEE?!

Ron se volvió a ellos tan aprisa y asombrado que se le cayó el cuarto helado sobre la ropa. Si no hubiera tanto ruido, de seguro todos se hubiesen vuelto a mirarle. Harry le comprendió pues también se había quedado paralizado con el recordatorio. ¡Era verdad!
-No puedo creer que lo olvidaran...es su amiga desde hace casi cinco años
- dijo Ginny algo decepcionada. Ron comenzó a decir "Maldita sea" repetidas veces limpiándose el helado de la ropa furioso.
-Con razón sentía que algo se me olvidaba - dijo Harry preocupado y avergonzado de sí mismo.
-¿CÓMO PUDE GASTAR EL DINERO DE LA APUESTA? ¡HASTA ESE IDIOTA DE KRUM SE ACORDÓ!
-Krum no es idiota Ron, es muy agradable pese a su seriedad.
-¡Ay Ginny por favor!...

Ginny guardó silencio visiblemente molesta por el comentario de Ron. Solo se limitó a decir su opinión.
-Al menos él se acordó.
-Harry, ¿QUÉ VAMOS A HACER?, bueno, al menos tu tienes dinero...

Hubo algo de recelo en su voz, pero Harry no lo tomó en cuenta pues estaba preocupado y comprendía a su amigo.
-Ya mañana nos vamos Ron, y si queremos salir de nuevo tenemos que pedirle a alguien que nos acompañe
-Ay no...maldita sea...

Ron ya se había cansado de tratar de limpiarse el helado. Arrojó las servilletas sobre la mesa furioso.
-Se vería mal que fuesen ahora a comprarle algo. -Dijo Ginny pensativa y con mirada triste, mirándolos- Lo puede sospechar. Mejor esperen a estar en Hogwarts, de ahí pueden pedirle por catálogo algo, yo puedo ayudarlos a escogerlo si lo desean, o a conseguir catálogos.
-Gracias Ginny

Harry le sonrió más tranquilo. Ella solo bajó la mirada con algo de melancolía.
-Bueno...no suena tan mal la idea Ginny, está bien

Con el problema resuelto, todos marcharon al Caldero Chorreante a arreglar las cosas y prepararse para mañana. Ya estaba oscuro cuando llegaron, y aunque la mayoría se fue a arreglar sus cosas, el Sr. Weasley y su esposa se quedaron en una mesa y le pidieron a Harry que se sentara para hablar con él unos minutos. Ron y Hermione se querían quedar con él, pero los padres de Hermione le llamaban y la mamá de Ron le dijo que se fuese a cambiar de ropa.
-Mira Harry, estuve investigando con otras personas, ya el Profesor Dumbledore conoce la historia aunque seguro te la pedirá a ti. No hubo registro alguno de actividad mágica en Privet Drive, ni para el Ministerio ni para Dumbledore en Hogwarts. Las llamada de hospital no está registrada para tus tíos, aunque si se sabe que la Srita. no mintió y llamó a esa hora que mencionó. Al parecer, a ella le contestó un mensaje, con la voz de tu tía, cosa que no es cierta. Nadie en Privet Drive vio lo que dijiste, pero eso no significa que estés mintiendo. Le comenté a Dumbledore sobre las teorías de Hermione y dijo que eran posibles, difíciles de realizar pero posibles para alguien que sepa hacerlo, aunque no hay pistas de si fue una ilusión o una alucinación o ninguna de las dos. Aun investigamos, pero quería que supieses ésto.

Harry escuchó y luego se limitó a asentir...
-Cielo, vete a arreglar tus cosas, para luego cenar, ¿De acuerdo?

La Sra. Weasley le miró con ternura y aflicción. Harry obedeció y subió a su habitación...Todo aquello lo hacía parecer un mentiroso...
-Potterr...
-Hola Krum.
- dijo Harry desganado, viendo a Krum cargar un paquete algo grande parecido a un libro enorme envuelto en papel rojo con un gran moño que se movía y reía suavemente color blanco y con florecillas luminosas. Vio una tarjeta junto al moño de tela parecida a terciopelo como la envoltura, donde resaltó a sus ojos el nombre de Hermione con caligrafía estilizada y bonita...hasta la letra la tenía bonita, pensó.
-¿Sabes dónde está Herrmíone?

Su hablar era mucho mejor.
-Con sus padres, pero como iremos a cenar yo creo que no tardarás en verla abajo.
-Grracias

Harry se encaminó a su cuarto.
-Potterr...lamento mucho lo que está pasando. Me gustarría que supierras que cuentas conmigo...porr si ocurrre algo.

Harry se volvió y no supo bien que decir. Ginny parecía tener razón, era buen muchacho...Krum le miraba preocupado en su seriedad.
-Bueno...nos vemos luego Potterrr

Krum se marchó. Harry aun desconcertado se fue a su habitación y se puso a acomodar sus cosas. Pensaba en todo lo ocurrido ese día que le parecía tan largo...que ni sabía si estaba arreglando todo adecuadamente. Ya que acabó, se sentó en la cama y tomó el paquete de barajas mágicas con interés y algo de reserva...Lo abrió y vio que las cartas venían boca abajo, y que el mismo trébol esmeralda y en sobrerrelieve estaba en los reversos de éstas. Incluso el color negro. Había esperado que fueran más...espectaculares. Tomó el libro y lo abrió también, y en la primera página encontró un mensaje con caligrafía grande y manúscrita en letras rojas.
-"Toma las primeras tres cartas de tu baraja, éstas te hablaran de eso que estará desde este momento contigo durante todo el año, hasta que llegue el momento en que se cumpla el aniversario de tu adquisición".

Harry leyó aquello con voz tenebrosa y se rio con tal mensaje. Luego Harry recordó a la adivina...burla o fraude...Así que sin darle mucha importancia, tomó la primera carta. Le dio la vuelta y se quedó mirándola con expresión seria...
-¿La muerte?...

Desde la carta, una figura encapuchada con una hoz de plata, muy parecida a los seres que había visto en Privet Drive, le miraba con sus ojos rojos como rubíes en un rostro oscuro. El fondo de la tarjeta semejaba un camino de un desolado bosque. Tomó la siguiente carta rápidamente, y esta vez la carta traía las imágenes de muchas personas, hombres y mujeres, juntas conviviendo con sonrisas alrededor de una en especial, en una clase de fiesta, con túnicas de muchos colores...La tercera que tomó le llevó más tiempo darle vuelta. Cuando lo hizo, se encontró con una imagen de una persona con túnica rasgada en el centro y con las manos en el corazón mirando arriba, mientras siluetas apenas perceptibles lo rodeaban con brazos abiertos...Iba a buscar el significado en el libro cuando Ron tocó a la puerta.
-¡Harry, hora de irnos, algunos ya se fueron!
-Ya voy....

Harry dejó las cartas y el libro sobre la cama y como en un sueño, mirando como anclado las imágenes, salió de la habitación, cubriendo su preocupación tras la máscara de una forzada sonrisa.

Se limitó a seguir los Weasley y los Granger, simulando que no le preocupaba nada, ni el hecho de ver esas tres cartas e imaginarse su significado...
-Percy y Krum salieron antes, seguramente Percy a llorar por Penelope y el idiota de Krum a buscar con que más gustarle a Hermione...

Ron venía hablando sin parar de Krum, Harry le escuchaba y hacía pequeños comentarios y se reía con él, pero no estaba completamente ahí...Pensó que quizá se estaba sugestionando, con las palabras de la adivina primero y luego las cartas...Tal vez todo era una gran, gran casualidad...Algo le ocurrió en ese instante...

La voz de Ron comenzó a perder volumen. Harry sintió que su visión se nublaba, como si no trajese los lentes puestos...Todo a su alrededor comenzó a volverse solo manchones de múltiples colores y los sonidos eran lejanos e incomprensibles, esa neblina que lo abrazaba de nuevo, densa, fría...Un sudor frío le recorría el cuerpo, y aunque aminoró la marcha y se concentró pensando en seguir y que pronto se le pasaría, temiendo desmayarse, el ardor y el dolor ya comunes para él hicieron presencia encrestándosele en la frente, sobre la cicatriz y expandiéndose por toda su cabeza cortándole la respiración y haciendo que abriera la boca reprimiendo la sensación profunda y terrible de dolor.

Visiones frente a sus ojos. Se detuvo paralizado por esa fuerza que lo doblaba y le hacía llevarse las manos a la cabeza cubriéndose los ojos desesperado. La carta de la muerte, que solo había visto hacía unos minutos por vez primera, pareció cobrar vida ante él, moviéndose de un lado a otro amenazante...Luego gritos en su cabeza, muchos, variados, solo conseguía entender palabras de súplica, de pedir misericordia con voz aterrada y desesperada...Las visiones eran como los mismos manchones a su alrededor, dando vueltas en un torbellino que no lo dejaba ver con claridad lo que ocurría en ellas. Sintió mareos...Sintió náuseas...Dándose cuenta de que no podía caminar ni moverse, con la sensación de estar en lo alto de un edificio al borde del piso más alto, con la oscuridad abajo llamándole, la profundidad, la inconciencia y el desmayo, intentó articular palabras de auxilio, su voz fue como un eco en una tormenta...
-Ro...n...Ron...R..on...

Ron seguía hablando sin parar, dando pequeños pasos, sin darse cuenta de que le ocurría a Harry, hasta que se volvió buscando su apoyo sobre sus opiniones y lo vio.

Harry estaba a punto de caer de rodillas, con todo el cuerpo tembloroso.
- ¡HARRY!- gritó con la palidez en el rostro y gesto asustado y fue hasta él, sosteniéndolo para el alivio de un Harry que ya no podía mantenerse de pie. Harry se le aferró por los hombros.
-¡¿QUE TIENES HARRY?!

Aterrorizado, se volvió a los demás que ya iban algo lejos conversando, y luego miró a su amigo quien se derrumbó en sus brazos.
-¡POR FAVOR HARRY NO TE MUERAS!...

Ron se arrodilló con él en sus brazos y miró de nuevo a los demás, con voz potente y angustiada los llamó.
-¡MAMÁ, PAPÁ, ALGO LE PASA A HARRY!

Ellos se volvieron extrañados junto a los otros y al ver lo que ocurría, corrieron sin demora hasta ellos, con una extrema aflicción y preocupación en la cara, con la misma palidez de Ron.
-¡Harry, Harry!

La Sra. Weasley sollozaba angustiada, su esposo tomó el lugar de Ron y sostuvo a un Harry en shock entre sus brazos. Los demás los rodearon asustados, Hermione y Ginny parecían estar como la Sra. Weasley y los padres de Hermione se veían asustados con aquello. Harry solo los veía como siluetas borrosas y sus voces eran ecos lejanos, lentos...

Estaba a punto de decirles que se le estaba pasando, cuando el dolor fue tan grande que lo hizo gritar para el terror de todos y luego, como un eco a su grito, escuchó en sus penumbras un estallido muy fuerte a unos metros de donde estaban, en dirección de La Cuchara Mágica, y una oleada de fuego y gritos se alzó en la noche, recortándose contra la luna pálida en el cielo.

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-A Harry no. A Harry no. A Harry no, por favor.

La voz sonaba tan angustiada...tan desesperada y evidentemente lloraba...
-A Harry no. Te lo ruego, no. Cojéeme a mí. Mátame a mí en su lugar...

Luces en el interior de la casa, ruidos, gritos...después, aquel escándalo pareció moverse de lugar, luego de un resplandor verde que retumbó en los cristales de las ventanas...
-A Harry no, por favor. Ten piedad, te lo ruego, ten piedad...

¿Por qué se sentía tan mal?...Fue entonces, que otro resplandor verde se dejó entrever por las ventanas, y Harry sintió que la cicatriz le ardía como nunca en la frente, perforándole el cerebro con un dolor tan profundo...
-¡A Harry no! ¡A Harry no! Por favor...haré cualquier cosa...

El dolor de cabeza se la atenazó como cuchillos, y cayó al piso, casi inconsciente, cubriéndose los oídos, tuvo náuseas...Vio hacia la casa...
-Cualquier cosa...

Trató de gritar al ver que la casa comenzaba a incendiarse y despedazarse, cayendo y perdiendo su belleza, consumiéndose en el fuego, como todo el alboroto que ya no se escuchaba más...
-Apártate, sabías lo que pasaría...

Una risa burlona, profunda, retumbante...

Harry abrió los ojos y se encontró recostado sobre su cama, frente a la ventana. Aterrado se levantó tambaleante y salió de la habitación, bajando las escaleras apenas con cuidado y con fuerzas extremas. Salió del lugar y sosteniéndose en los muros vio fue hasta La Cuchara Mágica, viendo temeroso los restos o más bien lo que había quedado de ella. Igual de débil, de tembloroso, de mareado y adolorido, sus ojos trataron de concentrarse en el desastre que veía frente a él. Intentó mantenerse en pie pero necesitó tanto esfuerzo para no vomitar o desmayarse de nuevo, que solo pudo levantar la cabeza. Lo que había sido el restaurante, estaba consumido hasta las llamas, aun ardiendo hasta las cenizas, con ese humo negro y destructor subiendo como una señal de muerte hasta el cielo estrellado. El establecimiento se derrumbaba presa del maldito fuego, y había mucha gente hablando tan alto y tan de prisa y al mismo tiempo que Harry no conseguía comprender nada, menos en su estado...

Los establecimientos aledaños también sufrían por el fuego, comenzaban a incendiarse como un reguero de pólvora siguiendo un determinado curso y hasta entonces Harry se dio cuenta que el Callejón Diagon era una fogata en sí, que había señales de destrucción más adelante y más atrás, que escuchaba sonidos de animales diversos aterrados, que los magos y brujas corrían de un lado a otro, los dueños de los locales tratando de salvar sus posesiones y sus vidas, había pánico general, sollozos, gritos...Había mucho más magos y brujas que los que Harry había visto aquel día, y supuso que serían del Ministerio, pues corrían de un lado a otro ayudando a personas a ponerse a salvo, sacando heridos y llevándolos lejos, hacia El Caldero Chorreante o usando sus varitas para apagar el inclemente fuego. Sus ojos recorrieron el destruido restaurante y se percataron de un extraño dibujo plasmado en la gran palada destrozada que se había partido en pedazos y ardía con más lentitud en el suelo. Una calavera color verde y con una lengua en forma de serpiente saliendo de su boca, resaltaba entre las llamas rojas y el humo. Levantó los ojos temiendo ver lo que no deseaba y vio la misma imagen en el cielo, ya desapareciendo, confundida entre el humo y el fuego...
-¡Harry!

Sintió un nudo en la garganta, una opresión en el pecho...¿Dónde estaban los Weasley y los Granger? ¿Y Viktor Krum? ¿En el Caldero Chorreante?...De nuevo intentó levantarse, pero esta vez, unos brazos lo detuvieron.
-No Harry, quédate sentado...

Bill Weasley estaba a su lado, con la respiración agitada, había seguido a Harry hasta ahí. Mirándolo preocupado aun, con una triste y seria expresión y un tono angustiado y preocupado en su voz, le habló luego de recuperar el aliento.
-¿Qué...pasó?
- dijo echando una mirada al desaparecido restaurante, con algo de dificultad.
-En cuanto te desmayaste explotó el lugar, alguien lo hizo. Otros establecimientos también y así el fuego se ha propagado. Hace rato estaba peor. -dijo viendo que Harry se mostraba angustiado como él- Vino gente del Ministerio.
-¿Y los...demás?

Bill se quedó callado un momento con una profunda expresión de aflicción.
-Papá está con los del Ministerio, mamá está con Percy, él estaba en La Cuchara Mágica tomando un té cuando sucedió la explosión, no está muy grave pero de cualquier modo se lo llevaron al Caldero Chorreante...también a Krum, él estaba cerca del restaurante, esperándonos, salió también herido. Charlie está ayudando a papá, Fred y George están cuidando a los padres de Hermione y a ella, y Ron está con Ginny, tranquilizándola.

Bill alzó a Harry por los hombros y lo levantó.
-Cuando te desmayaste, todo sucedió tan rápido...Todo mundo gritaba, todo mundo corría...fue horrible, papá dijo que primero que nada teníamos que ponerte a salvo y Fred, George, Ginny, Ron, Hermione y sus padres, quienes estaban más aterrados que cualquiera que nosotros. Así que te cargué hasta el Caldero Chorreante y luego papá se fue con Charlie a ver que pasaba y en que podía ayudar y me dejó encargado de los demás y de ti, y si sabe que te me saliste, me matará, así que regresemos

Bill le indicó con un gesto que se fueran, así que se dieron la vuelta y comenzaron a caminar. Harry volvía los ojos atrás, mientras unos medimagos sacaban un cuerpo ya muerto del restaurante y lo cubrían con una manta llamando a alguien para que viniera por él. Harry vio de quien se trataba y se detuvo con ojos grandes y sorprendidos.
-¿La....Sra...Halley?...
-No podemos ya hacer nada Harry, hay que irnos...casi todos los del restaurante murieron...hay otros muertos pero como fue ahí donde comenzó todo...murieron muchos...
- dijo él seriamente, cansado y preocupado. Harry sintió que el alma se le iba...Muchos muertos...Seres inocentes...no sabía que hacer o como reaccionar, estaba como en una pesadilla de la que no podía despertar y en parálisis emocional.
-Vamos Harry, mírate como estás, me regañarán por ésto.

Bill lo jaló del lugar, Harry aun se sentía muy mal pero lo que acababa de escuchar era peor...

aunque hayas aceptado que puedes morir...habrá muerte este año, injusta, pero la habrá...y ¿Podrás con ello?, muerte cerca de ti...¿Estás dispuesto a sacrificar a quienes quieres por ti?¿A cuántos estás dispuesto a sacrificar por tu vida?

Las palabras de la adivina retumbaron en sus oídos...¿A eso se refería ella? ¿Pero por qué no lo habían asesinado a él?...
-¡Harry!

Ron se le acercó presuroso y pálido, igual de angustiado y aterrado como todos.
-¡Ron!, ¡No debiste salir, me regañarán si te pasa algo!
- le replicó Bill muy molesto, a razón de la situación de peligro reinante.
-Estábamos preocupados por Harry, Tom el cantinero los vio salir y Hermione y yo los seguimos
-¿DÓNDE ESTA Hermione RON?
- le preguntó Bill ya fuera de sus casillas, alarmado por no verla ahí. Ron lo miró aun con el susto en la cara. Harry se sostenía de Bill obligándose a no desmayarse de nuevo.
-No van a creer ésto, vengan

Ron se encaminó hasta un pequeño callejón y Bill llevando a Harry lo siguieron, antes de llegar escucharon voces en el lugar discutiendo.
-¡NO ME TOQUES SANGRE SUCIA!
-BASTA Malfoy, ¿CREES QUE ERA MI SUEÑO TOCARTE? PERO ESTOY VIENDO SI TU HERIDA ESTA MEJOR
-¡SUÉLTAME SANGRE SUCIA ASQUEROSA! ¡AYYY!

Ron se dirigió a su hermano y a su amigo
-Cuando los seguimos, Hermione lo oyó gritar como mariquita bajo unos escombritos pero claro, él estaba aterrado casi haciéndose del miedo

Ron rió un poco pero al recordar la situación, volvió a ponerse serio y afligido.
-Hermione quitó los escombritos con su varita y lo tuve que ayudarla a ponerlo en un lugar seguro...por mi se hubiera quedado ahí...pero ella dijo que la situación era tal cosa y pues se quedó con él mientras un medimago viene de nuevo a verlo y a buscar a sus padres, todo es un desorden...
-¿¡POR QUÉ TENÍA QUE AYUDARME UNA MALDITA PRESUNCIOSA Y VULGAR COMO TU?! ¡AYYY!, ¡¿QUE NO VES QUE ME DUELE?!

A Harry le pareció que Hermione le revisaba el brazo con algo de mala intención para hacerlo gritar...bueno, no podía culparla, hasta él lo haría. Estaban un poco lejos, Harry no quería acercarse, ya se imaginaba lo que pasaría...
-NO SEAS PAYASO Malfoy, NO ES NADA GRAVE, -Dijo ella ya enfadada con sus quejas- Además, no puedo solo dejar sufrir a alguien porque no nos soportemos mutuamente, la salud es algo muy importante- mencionó ella más tranquila, Malfoy se calló la boca mirándola extrañamente.
-e dije que cuidaría de ti hasta que tus padres vinieran.

En ese preciso momento, Lucius Malfoy llegó con su esposa hasta ahí, seguidos por alguien del Ministerio, miraron a su hijo con expresión temerosa y seria.
-¡Draco!

Hermione se levantó y se apartó de pronto, viendo a los dos con reserva, vio a Harry y Ron y se fue hasta ellos, abrazando al primero con muchas fuerzas. Los ojos le brillaban mucho...
-Harry, que bueno que estás bien...tenía tanto miedo...

Harry aceptó su abrazo muy apenado por sentir esa necesidad de consuelo. Sintió las lágrimas de la muchacha bajando por sus mejillas y sus sollozos reprimidos, y sintió también que sus propios ojos se humedecían. Ron los miraba serio y con tristeza. Bill en cambio, parecía más interesado en observar a los Malfoy con ojos estudiosos...
-¡Draco!, ¿Estás bien hijo?

Su madre lo abrazó de pronto, él la abrazó también murmurando "mamá" repetidas veces. Lucius Malfoy se dispuso a escuchar al mago del Ministerio.
-¿Qué demonios pasó aquí?
-Hubo un incidente terrible en La Cuchara Mágica, el nuevo local...Hubo muchos muertos.
- dijo el hombre cansadamente y con preocupación.
-¿Dónde estaba usted Malfoy?
-Mi esposa y yo fuimos a una reunión con Cornelius Fudge, y veníamos ya para acá. Pensé que podríamos irnos hasta mañana, y que Draco estaría bien aquí, mientras compraba sus cosas para el Colegio...
-Lucius Malfoy hablaba seriamente mirando con fijeza al mago del Ministerio.
-Tiene suerte de que a su hijo lo hayan encontrado esos dos jóvenes

Oh, oh. Los Malfoy y el mago se volvieron hasta donde estaban Harry y los demás. La mirada de Lucius Malfoy cambió drásticamente, encendiéndose en un fuego de odio infinito...Su esposa los miró un segundo y luego les volvió la cara con frialdad. Draco Malfoy aun estaba como fuera de su cuerpo y pálido como nunca.
-La Srita. Granger y el Sr. Weasley lo encontraron y le trajeron a un medimago y se quedaron con él mientras íbamos por ustedes. Debería estar agradecido, las cosas por aquí estuvieron muy mal...
-Sí...supongo que debería estarlo...

Solo los miró e inclinó un poco la cabeza con un gesto de rabia que el mago del Ministerio no vio, luego fue hasta su esposa e hijo y ayudándolo a levantarse, se dieron la vuelta y se marcharon, con el mago detrás, quien antes se dirigió a Hermione y Ron. Hermione ya no abrazaba a Harry pero le tomaba por el brazo.
- Bien hecho chicos, han hecho algo bueno.

Ya que estaban bastante lejos, Ron soltó un "Bah" molesto.
-Yo dudo que haya sido algo bueno...
-No Ron, lo que Hermione y tú hicieron fue algo bueno, aun con lo que sabemos. -Bill se volvió a Harry, quien se veía igual de mal o peor que antes- Y debemos regresar, Harry necesita descansar.

Ayudado entre Bill y Ron, a Harry el camino se le hizo corto...Pensaba en los Malfoy, en todo lo ocurrido...No podía quitarse de la cabeza la imagen de la Marca Tenebrosa en el cielo...Pero estaba tan cansado y se sentía tan enfermo todavía...Y tampoco olvidaba el cuerpo de la Sra. Halley, sin vida, con los ojos abiertos y brillantes...Ni siquiera la correría y el desorden a su alrededor, por todo el lugar, lograron arrebatarle esos pensamientos...Cuando lo llevaron a la habitación, la Sra. Weasley ya estaba ahí, un poco más tranquila pero igual de asustada que antes.
-¿DÓNDE ESTABAN?, Harry, por favor, cielo, no debes salir de este lugar, no con las cosas así, por favor, ven, tienes que descansar.

Ella hizo ademán de tomarlo en brazos y ayudarlo a sentarse, Bill y Ron lo llevaron hasta la cama y lo dejaron ahí, viendolo con palidez y aflicción. Hermione aun se veía muy nerviosa, sollozaba disimuladamente. La Sra. Weasley la miró con ternura.
-No te preocupes Hermione, tus padres estarán bien y tú también, no tienes porque temer.

Claro...la mayoría de los fallecidos habían sido hijos de familias Muggles, como la Sra. Halley...Harry miró a su amiga conmovido, ojala pudiera decirle algo para confortarla...
-Krum ya está bien y desea verte querida.

Hermione asintió más calmada por sus palabras y fue hasta Harry dándole de nuevo un abrazo desesperadamente.
-Temí tanto que algo te pasara...

Luego se secó el resto de sus lágrimas y sonriéndole a la Sra. Weasley con tristeza, salió de la habitación. Ella miró de nuevo a sus hijos.
-Bill, ¿Puedes averiguar dónde está tu padre y Charlie?
-¿Cómo está Percy mamá?
-El está bien ya cariño, no te apures, anda ve.

Bill obedeció y le sonrió tenuemente a Harry a modo de despedida.
-Acuéstate Harry

Harry lo hizo sintiendo un gran alivio al estar acostado.
-Ron, ¿Puedes traerle lo que le dejé a Tom para Harry?
-Sí mamá.

Ron salió también de la habitación. La Sra. Weasley ayudó a Harry a cubrirse con la manta. Luego le acarició el cabello con una actitud maternal que le conmovió profundamente a un Harry aun afectado por lo visto.
-Harry...no quiero que pienses que tuviste algo de culpa en ésto, ¿De acuerdo?
- de dijo ella con ternura, aun acariciándole el cabello.
-Por favor, no lo creas así.

Harry recordó las cartas y el libro. Los buscó con la mirada y los vio sobre el buró, pero ya las tres cartas estaban de nuevo en el paquete.
-Aunque hayas visto esas cartas.

Entendió que ella ya sospechaba lo que le pasaba por la mente. Quizá no había sido tan buena idea dejarlas ahí, antes de salir a cenar...Harry se sintió avergonzado por ésto.
-Ahora duérmete, debes descansar mucho, tuviste un día muy agitado cielo, y hace un rato te nos desmayaste...nos diste un buen susto, -Ella sonrió- así que tienes que dormir, mucho, ¿De acuerdo?, y no temas, estarás bien con nosotros.

Ella le dio un abrazo y un beso en la frente, con mirada cristalina y rostro triste. Harry no dijo nada, pero no temía por él... Ron regresó y le dio a su madre un vaso con un líquido transparente, al que ella le dio un toque con su varita y de inmediato el agua se revolvió y se cambió a color azul.
-Tómate ésto Harry, te ayudará a descansar y disminuir el dolor.

Harry así lo hizo, pensando en que bueno que su amigo tenía una mamá que tuviera una solución para todo...
-Cierra los ojos y duérmete.

Ella le quitó los lentes y Harry cerró los ojos...recordando el sueño que tuvo antes de despertar hacía un rato, cuando aun estaba inconsciente...De nuevo la voz de su madre...y la de Voldemort...sintió una sensación ardorosa en los ojos, pero decidió olvidar todo...

Continuará...

Autora: Mariana de Beauxbatons.