Un año lleno de sorpresas

2.- Aquella Gran Amiga

...-¿Harry?  
 -Ah... sí claro, por mí encantado, además, si los Dursley me dicen que no, los puedo ame...  
 -¡¡YA CUELGA!!- gritó tío Vernon, interrumpiendo a Harry  -Espera un momento Sirius- dijo tranquilamente Harry para disfrutar la cara de susto que ponía su tío- mi tío me está diciendo que ya cuelgue, y...  
 -¿N-no estarás hablando con él, ¿verdad?- titubeó el tío Vernon asustado.  
 -Por supuesto que estoy hablando con él, se supone que es mi padrino, ¿no?  
 -Bueno, p-pues c-continúa- respondió lleno de miedo- creo que iré a tomar unas pastillas digestivas... me cayó mal el aguacate que me dio tu tía Petunia- y se fue corriendo a todo lo que daba.  
 -Eh... ¿Harry? ¿Estás bien?- dijo la voz de Hermione  
 -Sí, muy bien: solo tenía unos momentos de diversión. Como te decía, puedes venir por mí cuando quieras.  
 -¡Bien! ¿entonces te parece hoy a las 5 p.m.?
 -Claro
 -Bueno, entonces guarda todas tus cosas de Hogwarts, porque luego ya no regresaremos.
 -Gracias Hermione.
 -Bye.

Y colgó. Era increíble. En unas horas iría en la casa de su mejor amiga, y sin duda, los Dursley no se lo impedirían después del susto que le metió al tío Vernon.

Juntó todas sus cosas y luego bajó a la cocina, donde los Dursley estaban con una cara de purgados que sólo ellos se la aguantaban. Harry sintió que si no se reía de una vez, se iba a inflar como infló a su tía Marge hace 2 años; sin embargo, se aguantó y no se rió.
-¿Qué te dijo tu padrino?- susurró tío Vernon.
-Nada- dijo Harry- dice que una bruja vendrá por mí hoy a las 5
-Ahhh!!- gritó Duddley, poniéndose las manos sobre su enorme trasero y corrió a encerrarse en la alacena donde durmió Harry durante 10 largos años. Definitivamente, su primo todavía no superaba el trauma de la experiencia que vivió cuando Hagrid le puso una cola de cerdo.
-Es una broma,¿verdad?- dijo Petunia- ¿Quién es?
-No lo sé- mintió Harry- pero el caso es que vendrán por mí, y... me dejarán ir, ¿cierto? Porque me dijo Sirius que si no lo hacían, quién sabe qué podría pasar- y sus palabras surtieron el efecto que él se esperaba: Petunia dio un fuerte grito y se desmayó, Vernon escupió la medicina que se estaba tomando y Duddley había cerrado con seguro la puerta de la alacena. Harry sonrió y se fue a su habitación.

Como a las 2 horas le llegaron 2 lechuzas: una de Hogwarts y otra que Harry no conocía. La primera era de Hagrid y la otra era de Sirius. Ésta traía una nota que decía:

       Querido Harry:

    Espero que estés bien y no tengas problemas con tus tíos. En éste momento me encuentro en casa de Remus, y te manda muchos saludos: dice que Dumbledore le pidió que regrese como profesor de DCAO, así que se verán pronto. También me enteré de que te irás a casa de Ron al final de las vacaciones.

Ahora que ya cumplí con el deber que me encomendó Dumbledore, he estado muy ocupado, y por eso no me había dado tiempo de escribirte; espero no haberte preocupado mucho, pero de todos modos, te aviso que no podré ser tan constante con mis cartas. Saludos.

 

                                     Sirius y Remus.

 <<Por lo menos están bien>> pensó Harry.

Luego abrió la nota de Hagrid, que decía:

           Querido Harry:

Estoy muy contento porque desde hace unos días Olympe y yo somos novios, pero recuerda que para Ron, Hermione y tu, seguirá siendo Madame Maxime por lo menos hasta que nos casemos (jejeje).

Pero lo que me interesa saber, es como estas tu; por lo que tengo entendido, te iras con Ron el día de tu cumpleaños. De todos modos, si tienes algún problema con los muggles, mándame a Hedwig  y les podré enviar un encantamiento vía-correo.

Tal vez te sorprenda esto, pero Dumbledore ya me consiguió un permiso para hacer magia y creo que no lo hago tan mal. La semana pasada fui al callejón Diagon a comprar mi varita con el viejo Ollivanders.

Nos veremos cuando empiecen las clases, mientras tanto, cuídate.

                                           Hagrid  

Harry se sintió más tranquilo y empezó a arreglarse para cuando llegaran por él. 

.       .       .      

Ya en la tarde, se escuchó el timbre y Harry bajó con sus cosas. Duddley y Petunia se ocultaban detrás de la enorme espalda de tío Vernon, mientras éste, poco a poco se iba poniendo histérico.

Harry abrió la puerta y a sus ojos estaba Hermione. Se veía muy cambiada y bonita: estaba más alta y su pelo ya no estaba tan enmarañado, pero seguía con vida: en su frente ya no había fleco alguno, lo que hacía que su cara se viera mejor. Ya no quedaba nada de aquella niña que había conocido hacía 4 años, en su lugar había una hermosa joven con una gran sonrisa parada frente a él.  
-Hola Harry- dijo ella.
-Hola Hermione- le respondió éste, y quién sabe si por gusto o instinto, avanzó hacia ella, la rodeó con los brazos y le dio un beso en la mejilla. Ella le respondió el abrazo y dijo:
-Me da mucho gusto verte, ¿nos vamos?
-Claro, cuando tú digas. Aquí están mis cosas.

Cargó su baúl, lo puso en el auto de Hermione y se fueron. En el camino, ella le enseñó sus fotos de Bulgaria, y en la mayoría de ellas salía Hermione con Viktor Krum.  Al parecer, el quería mucho a Hermione, porque en todas las fotos salía abrazándola.
-Parece que le agradas- dijo Harry un poco celoso. <<Yo diría que bastante>>- pensó.
-Sí- contestó ella, y al ver la cara que ponía su amigo agregó rápidamente- pero sólo somos amigos.

El resto del viaje platicó con los padres de Hermione sobre lo aburrida que era su vida con los Dursley.

Luego llegaron a la casa. Su casa era simplemente una ordinaria casa muggle: tenía un jardín delantero y otro atrás, era de 2 pisos y los cuartos eran amplios; sin embargo, a Harry le gustó.

Después de que Harry sus cosas en su habitación, bajó a ver la tele con Hermione una rato antes de cenar. En ese tiempo, la señora Granger entró en la habitación y les entregó las cartas de Hogwarts que les habían llegado. Éste año necesitaban:
-
El libro reglamentario de hechizos V (Miranda Goshawk)
-Guía de transformaciones V
(Hanna Draven)
-Artes Oscuras: una guía sobre cómo evadirlas
(Mundungus Fletcher) 
-Animales Míticos y Majestuosos
(Derwent Shimpling)
-El aura del ojo interior: aprenda a despejar su ojo interior para ver los augurios del destino
(Casandra Vablatsky)
-Most Potent Potions: lo que necesitas saber sobre las más exóticas pociones
(Ignatia Wildsmith)  

-El cielo y las galaxias: aprenda a descubrir los secretos del cielo
(Firenze)
-Flora mágica: descubra todo lo que hay en nuestro mundo  
(Elladora Ketteridge)
-Otra historia de la magia: ya no más quema de brujas ni levantamientos de duendes
(Edgar Strougler)
-Animagos: un estudio completo de la trasformación
(Hanna Draven)

Este año también les pedían la túnica de gala.

<<Qué raro>> pensó Harry  <<si éste año también la piden, es obvio que habrá otro baile, y si hay otro baile, Hermione y yo... >>

En ese momento abrió los ojos y notó que Hermione lo miraba fijamente: había dicho ésas últimas palabras en voz alta y Hermione ahora le preguntaba:
-¿Tú y yo qué, Harry?
-Ah... nada, no me hagas caso.

Hermione lo miró severamente y luego dijo:
-No te creo- y una ligera sonrisa se dibujó en su rostro- vamos, cuéntame, ¿tú y yo qué, Harry?- volvió a preguntar.
-Nada, olvídalo- volvió a mentir Harry- ¿nos vamos a cenar?- dijo para cambiar el tema- me muero de hambre.
-Vale, vamos. Pero luego me cuentas lo que estabas pensan...
-Vámonos- interrumpió Harry, sintiéndose más incómodo.

Y se fueron a cenar.

Al terminar, salieron al jardín, porque querían platicar a solas, y además la noche estaba fresca y hermosa. Los 2 amigos se encontraban sentados en el columpio que se encontraba ahí: una hermosa luna yacía sobre ellos, quienes platicaban muy a gusto, y por cierto, estaban muy juntos. Hablaban sobre todo lo que vivieron el año pasado, de los paseos que daban los 2 solos a la orilla del lago, y recordaban todas las veces que Hermione lo ayudaba a prepararse para las pruebas del Torneo de los 3 Magos que había tenido lugar en la escuela. Cuando habían dejado de hablar, Hermione se había quedado observando la luna en silencio... Harry observaba a su amiga atentamente y suspirando... se veía tan hermosa con el resplandor de la luna en sus ojos... Harry se le acercó más, y ésta volteó y le dedicó una tierna mirada que nunca le había visto. Para él, Hermione era Aquella Gran Amiga en la que podías confiar y siempre estaba dispuesta a ayudar: pero en ese momento era diferente. Los 2 estaban solos y muy cerca el uno del otro...

Se miraron mutuamente a los ojos...

Fueron acercando lentamente sus caras...

Hubo un pequeño roce entre sus narices y...

En ese momento Crookshanks saltó entre los 2 sacándolos de sus fantasías y dándoles un gran susto.
-¡Crookshanks!- dijo Hermione algo molesta -¿qué haces aquí?

El gato bufó ante el regaño de Hermione, y en ese momento su madre salió diciendo que ya era tarde y necesitaban dormir

Los 2 se levantaron y antes de entrar cada quien en su habitación, Hermione le dio un beso en la mejilla a Harry y le deseó las buenas noches. Harry se quedó pensando...

Aquél roce hizo que Harry se olvidara de sus problemas y de Cho Chang, la chica de la que Harry se había enamorado. Se dio cuenta de que Cho definitivamente nunca lo valoraría, y lo que ahora sentía hacia Hermione era  más fuerte de lo que había sentido hacia Cho desde el principio... era más fuerte que el cariño que uno siente hacia una amiga...

Continuará...

Autora: Rowena de Ravenclaw.