Una Semana Agitada.
Era
una de esas horribles mañanas en que el horario mostraba todo el día Pociones
con Snape y Slytherin. Harry se vistió, desayunó, y se dirigió a la mazmorra.
Snape empezó a hablar de pociones para dragones, mientras, Harry dibujaba una
caricatura de su profesor. Cuando de repente, la puerta se abrió bruscamente,
era Dumbledore, venía con un niño al lado y parecía cansado de escucharlo.
Pidió permiso para interrumpir la clase un momento y decir: Al
otro día, Dudley se acercó a Harry para hablarle triunfante: Todos
bajaron y se acomodaron, comieron ansiosos y luego se pusieron a escuchar. Solo
que Dumbledore no estaba en la cena. Dumbledore había desaparecido. Nadie sabía
nada, ni siquiera McGonagall. Este sí que era un día con sorpresas y muchos
misterios... Todo estuvo silencioso y quieto por una larga hora entera. Los
profesores empezaban a incomodarse y los alumnos a preocuparse. Empezaban los
murmullos y los comentarios, de repente McGonagall se paró y se fue corriendo
del Salón. Todas las miradas fueron a la puerta. Parecía desesperada, luego la
siguieron los demás profesores. Todos los alumnos se asomaron hacia un costado
intentando ver algo. A la media hora volvieron silenciosos y llamaron a los
prefectos para que llevaran a los chicos a sus respectivas casas y camas. Esa
noche Harry no pudo dormir, estaba tan preocupado que tomó su capa y su mapa y
fue a ver todos los extensos, aburridos y repetitivos pasillos de Hogwarts. A la
hora, la dama refinada, conocida como “la gorda de las pecas” del séptimo
pasillo de arriba, comenzó a chillar y a gritar que lo había visto por un
pedazo de capa corrida. Harry bajó los escalones con tanta velocidad que casi
tropieza dándose un gran moretón, pero con suerte llegó antes de que McGonagall se diera cuenta cuál de sus alumnos de casa faltaba. A la mañana
siguiente, Harry se preparó para un común día de Botánica, Aritmancia,
Astronomía y Transformaciones, entrenamiento de Quidditch y después de hora,
el castigo de Ruinas Antiguas con Ron y Hermione (aunque el castigo no era común,
de ves en cuando, Harry recibía alguno que otro castigo). Pero lo que él no
sabía (Harry), es lo que ese aparentado día normal le preparaba,
Dumbledore no aparecería por un tiempo razonable y que muchas sorpresas
y misterios le esperaban en esa poco típica semana de colegio que al principio
parecía normal, solo que con su primo y la desaparición de Dumbledore, todo se
había complicado. |
Continuará...
Autora: Bele_12 de Gryffindor.